En aquellos años dominaba una
ideología mezcla de modestia y ascetismo. Se consideraba indecente vivir mejor
que los demás. Dominaba una moral obrerista de admiración a los trabajadores y
al mundo del trabajo. A nosotros, los mayores que nos rodeaban nos enseñaron a
respetar y admirar a los trabajadores y en especial a aquellos que eran maestros
en su profesión.
En los momentos más
difíciles, como en la guerra, a nadie se le permitió escurrir el bulto. Es más,
ni tan siquiera nadie se lo planteó. Todos querían ir a la guerra a defender la
patria. Y lo más importante: todos sabían que iban a la guerra en serio.
Combatieron los tres hijos mayores de Mikoian: Stepan, Vladimir y Alexei. Stepan
luchó toda la guerra, lo derribaron cerca de Moscú y sufrió graves quemaduras.
Vladimir murió en Stalingrado, donde combatía en la misma escuadrilla que su
hermano Stepan. Alexei se incorporó al frente en 1943, justo al mismo cumplir
los 18 años, también como piloto.
Los hijos de Stalin,
Yakov, Vasilii y Artiom, también lucharon. Artiom fue al frente en los primeros
días de la guerra y resultó herido. Su unidad fue cercada por el rápido avance
de las tropas alemanas, aunque él, como muchos otros soldados, consiguió salir
del cerco en las proximidades de Moscú. Todos fueron a la guerra a luchar de
verdad. Leonid, el hijo de Jruschov, también luchó, y murió. En Stalingrado
también murió Rubén, el hijo de Dolores Ibárruri.
La última vez que se
encontraron Stalin y su hijo mayor, Yakov Dzhugashvili, fue el 22 de junio de
1941. El día en que comenzó la guerra. Cuando se despidieron Stalin le dijo:
"!Ve y lucha!". El 16 de julio, en los días de las derrotas iniciales del
Ejercito Rojo de Obreros y Campesinos, Yakov cayó prisionero de los
alemanes.
Este libro es una aproximación a la figura de Stalin a través de las personas
que formaron parte de su círculo cercano y a partir de una larga conversación
mantenida hace años con Vladimir Fiodorovich Alliluev, sobrino político de
Stalin, quien con sus palabras pretendió hacer más accesible la comprensión de
los complicados procesos que se esconden tras las formas aparentes de la
historia soviética.
Blog de Antonio Fernandez Ortiz TRIBUNA Y MEMORIA
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