martes, diciembre 03, 2013

COMUNICADO DE LA RED DE BLOGS COMUNISTAS: NO DEBEMOS LIMITARNOS A INTERPRETAR EL MUNDO SINO QUE TENEMOS QUE CAMBIARLO

Recientemente algunos miembros de la Red de Blogs Comunistas (RBC) se han visto envueltos en una agria polémica con los blogs Bitácora de un nicaragüense y Dazibao Rojo. Ante tales hechos, RBC expresa lo siguiente:

1.- RBC es una plataforma donde confluyen blogs marxistas-leninistas de diferentes tendencias (maoístas, hoxhistas, etc.) cuyo objetivo es trabajar en común a partir de lo que compartimos que, a nuestro juicio, es mucho más que lo que nos separa.

2.- Desde el respeto a las diferentes interpretaciones que desde el marxismo-leninismo se han hecho, o puedan hacerse, de la historia del Movimiento Comunista Internacional –y, especialmente, del hundimiento de lo que se llamó “el socialismo real”- y en plena ofensiva del capital y el imperialismo, los miembros de RBC consideramos urgente retomar la consigna de Marx “Proletarios de todos los países, uníos” pues sin unidad de los trabajadores y sin partido del proletariado que exprese esa unidad, el destino de nuestra clase no será otro que cosechar derrota tras derrota.

3.- RBC no rehúye el debate ideológico, ni mucho menos, pero se niega a participar en discusiones de tipo sectario, entre acusaciones de herejía y lanzamiento de anatemas varios. Cuando la clase obrera a nivel internacional se encuentra sometida a todo tipo de agresiones y, mayoritariamente, sin los medios para organizar su autodefensa y contraataque, semejante actitud equivale a pisotear la definición que Engels dio del marxismo como “guía para la acción”.

4.- Hoy día nuestra tarea principal, así lo entiende RBC, es forjar la unidad de los marxistas-leninistas y templar esa unidad, también por supuesto la ideológica, en la acción: ¡Nada sin unidad, nada sin acción!

5- RBC considera  que la aplicación de las herramientas teóricas del socialismo científico a la realidad concreta exige la lucha contra el fraccionalismo que sufre el Movimiento Comunista Internacional y contra el sectarismo de todos aquellos que, anclándose en el inmovilismo de una teoría interpretada como un dogma y, por ello, incapaces de interpretar la realidad a través del materialismo dialéctico y el análisis marxista, causan un enorme perjuicio a la lucha de la clase trabajadora contra el capitalismo y el imperialismo en el aquí y en el ahora.


En definitiva, mostramos nuestra más firme condena a aquellos que autoproclamándose revolucionarios intentan poner palos al avance de la rueda de la teoría marxista-leninista, teorizando las diferencias lejos de la práctica, lo que conduce inevitablemente al sectarismo y la anatemización. Por ello, hacemos un llamamiento a todas las fuerzas revolucionarias a que procedan de igual manera en beneficio de nuestra causa común, pues no debemos limitarnos a interpretar el mundo sino que tenemos que cambiarlo (La XI de las Tésis sobre Feuerbach, Carlos Marx)

jueves, noviembre 07, 2013

COMUNICADO DE LA RED DE BLOGS COMUNISTAS (RBC) CON MOTIVO DEL XCVI ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE, FUENTE PERMANENTE DE INSPIRACIÓN PARA LA CLASE TRABAJADORA Y LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO EN SU LUCHA POR TOMAR EL CIELO POR ASALTO

Cuando los cañonazos del crucero Aurora atronaron los cielos de Petrogrado el 7 de noviembre de 1917 no sólo estaban anunciando al mundo burgués el inicio de la insurrección proletaria, sino que preludiaban el nacimiento de una nueva sociedad y de un mundo nuevo.
Esa noche histórica, cuando el Comité Militar Revolucionario del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia –encabezado por Lenin- hizo entrega al Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia del  nuevo poder conquistado, se producía un radical viraje en la historia de la humanidad.
Esa noche del 7 de noviembre de 1917 –25 de octubre, según el viejo calendario ruso-, el proletariado ruso al “tomar el cielo por asalto” hizo realidad el sueño milenario de los explotados y oprimidos, dando respuesta concreta al interrogante de qué camino escoger para lograr la emancipación social de la clase productora.
Esta histórica victoria conmovió al mundo, dio esperanza a los oprimidos y explotados, aterró a los parásitos capitalistas, además de alentar la lucha por la liberación nacional y social en todos los continentes.
Los gigantescos logros de la Unión Soviética evidenciaron que la clase obrera no sólo está en condiciones de destruir el viejo régimen capitalista, sino también de construir una nueva sociedad más avanzada y desarrollada que la capitalista, algo que se demostró, además, en muy pocos años.
La democracia proletaria demostró ser superior a la democracia burguesa. Por primera vez en la historia, las grandes mayorías explotadas, oprimidas, ignoradas, los productores directos de la riqueza, estas grandes mayorías que en una “democracia capitalista” no tienen responsabilidad alguna en la toma de decisiones (más allá de un vacuo derecho al voto cada cierto tiempo para elegir al grupo burgués que continuará explotándolas los siguientes años), se pusieron en  pie y empezaron a tomar en sus manos los asuntos políticos, militares, culturales, económicos; en definitiva, el pueblo empezó a gobernar.
El protagonismo de la gran mayoría de la clase obrera se expresó también en que sus mejores miembros, o una parte de ellos, hombres y mujeres, se hicieron cargo de los puestos de mando de la producción, del ejército, de la política, de la enseñanza, manifestando la autosuficiencia de los productores para gestionar eficazmente la riqueza en bien de todos los miembros de la clase trabajadora.
El socialismo también mostró su superioridad en lo económico-social, puesto que resolvió lo que ningún país capitalista ha resuelto jamás, ni podrá hacerlo nunca dado su carácter de clase antagónico, por una parte, y su estado de decrepitud y agonía, por otra, siendo el deber de la clase obrera y de todos los oprimidos arrojar el capitalismo al basurero de la historia: resolvió las necesidades básicas de la totalidad de la población (trabajo, alimentación, techo, educación, salud, acceso a la cultura y el deporte, etc.).
Durante la década de 1920, los trabajadores, con el poder en sus manos, tuvieron que reconstruir la economía destruida por 7 años de guerra. En tan sólo diez años la URSS dio un salto extraordinario de la situación de atraso heredada al desarrollo en lo tecnológico, lo científico, en lo que se refiere a su  capacidad productiva y a la defensiva. En los años 30, con la colectivización agrícola y la industrialización socialista, se dotó de una poderosa industria y llegó en este plano a los niveles más avanzados. Ya en el año 1940, la Unión Soviética alcanzó los primeros lugares a nivel mundial en la producción fabril y en desarrollo tecnológico. Y todo ello, a partir de una sociedad destrozada y empobrecida por una guerra imperialista y la agresión de las potencias capitalistas al nuevo Estado soviético.
Esta conquista proporcionó los medios para que, tras el ataque nazi contra la URSS, la heroica lucha del Ejército Rojo y de todos los pueblos soviéticos, dirigidos por el Partido liderado por Stalin, derrotaran y destruyeran a los ejércitos agresores nazifascistas y liberaran a toda Europa Oriental.
A diferencia de la Revolución Industrial burguesa, con la Revolución Socialista se producían al mismo tiempo los saltos en la producción y los cambios sociales, puesto que la producción estaba al servicio de la sociedad y no de unos cuantos individuos privilegiados. Así, en 1930 se acabó con el flagelo del desempleo, al revés de lo que sucedía en los países capitalistas, donde la gran crisis mundial desatada en 1929 hundía a decenas de millones de obreros en el paro forzoso y el hambre. Se terminó con el analfabetismo y se aseguró el acceso de los hijos de obreros y campesinos a la enseñanza básica, secundaria y universitaria.
Se introdujo la jornada laboral de siete horas y la semana de cinco o de seis días. Y se desarrolló un sistema generalizado, gratuito, que aseguró el acceso de todos a la atención médica. Se desarrolló un sistema de seguridad social para todos. En 1928 trabajaban en todo el vasto campo de la URSS tan sólo 18 mil tractores; en 1940 lo hacían 684 mil. Los logros sociales alcanzados mediante su lucha por los trabajadores soviéticos desde el triunfo de la Revolución de Octubre fueron progresivamente adaptados por los países capitalistas para evitar que los trabajadores locales imitaran a los soviéticos.  
Algo que demuestra el inconmensurable valor que tuvo la Revolución de Octubre para la historia mundial y la clase trabajadora es que, como sabemos y sufrimos hoy día, tras el final de la Unión Soviética en 1991 tras años de dirección revisionista dentro del Partido Comunista de la URSS, las dictaduras capitalistas han empezado los recortes de todas las concesiones que tuvieron que otorgar a los trabajadores en sus países para evitar que imitaran el ejemplo de los trabajadores de las repúblicas socialistas.
El principal factor que posibilitó los inimaginables avances de la Unión Soviética fue el trabajo de los millones de obreros liberados del yugo de la explotación. Sintiéndose dueños de su patria socialista y de su destino, desplegaron su potencialidad y su iniciativa ilimitadas. El motor del crecimiento y cambio productivo fue la emulación socialista: lo más avanzado ayudando a lo más atrasado, la cooperación, la innovación técnica promovida por las masas y no sólo por los especialistas.
Los héroes, los ejemplos para todos, en la nueva sociedad ya no eran los que la burguesía llama “triunfadores”. En el socialismo pasaron a ser héroes quienes creaban la riqueza, quienes servían al pueblo, los más solidarios, quienes estudiaban y estimulaban la ciencia, la técnica, el arte y la cultura popular. Al contrario que en las sociedades capitalistas, donde los héroes son los triunfadores individuales, el enriquecido a costa de los demás, el adorado por las masas, el que vive sin dar palo al agua.
En definitiva, Lenin, el Partido Bolchevique y la Revolución de Octubre nos dejaron incalculables contribuciones. Lenin analizó la fase imperialista del capitalismo, mostró que el mundo está dividido entre un puñado de potencias imperialistas y una gran mayoría de naciones y pueblos oprimidos; además reveló cómo los imperialistas periódicamente irían a la guerra para redistribuirse el mundo. Lenin describió que la época que vivimos es la época imperialista y de la revolución proletaria.
Lenin y la Revolución de Octubre brindaron al proletariado el desarrollo del Partido político de nuevo tipo, el Partido Comunista. Sin un partido comunista armado y guiado por  los principios del marxismo-leninismo es imposible la revolución, sin el destacamento de vanguardia que cumple el papel de dirigente no se puede ni se podrá alcanzar el socialismo.
Lenin y la Revolución de Octubre enseñaron que tomar el poder no es hacerse cargo del viejo Estado burgués para reacomodarlo o “democratizarlo”, sino que significa, en primer lugar, destruir ese Estado y sustituirlo por el Estado Proletario, como un instrumento para defenderse de la fuerzas contrarrevolucionarias nacionales e internacionales, que siempre buscarán, tras la emancipación de la clase trabajadora, socavar por todos los medios la revolución. El medio para llevar a cabo esta transformación desde la dictadura capitalista a la verdadera y única democracia posible, la comunista, es la dictadura del proletariado.
Lenin, Stalin y la Revolución de Octubre enseñaron también que para lograr la revolución se debe luchar implacablemente contra el revisionismo y el reformismo. Gran parte de la lucha intelectual y práctica de Lenin fue enfrentar al falso comunismo. Libró dura batalla contra diversas corrientes y sectas que trataron de quitar la vitalidad revolucionaria al marxismo. Desenmascaró al renegado Kautsky y compañía, se enfrentó contra la II internacional desenmascarando el veneno socialdemócrata y reformista en que cayeron decenas de partidos que la conformaban; luego de la Revolución de Octubre se fundó una nueva Internacional, la Internacional Comunista. La Revolución de Octubre enseñó lo grandioso del internacionalismo proletario. Unió a millones de comunistas, revolucionarios, obreros, campesinos pobres y pueblos a luchar por el programa comunista, enseñó que el socialismo mismo no es el fin de dicho programa sino sólo una fase histórica necesaria para llegar a la meta de la ansiada sociedad sin clases, el comunismo.
La Revolución de Octubre abrió la posibilidad de la revolución ya no únicamente como revolución de los proletarios, sino que agrandó el marco sobre la cuestión nacional. Naciones y pueblos tomaron el camino de liberarse del imperialismo, liberarse de su condición de colonias.
Los comunistas y revolucionarios del mundo disponemos del valioso patrimonio de lucha que generó el pueblo soviético, su partido comunista y sus brillantes líderes: Lenin y Stalin. Sus verdades universales nos sirven para aplicarlas a las condiciones de nuestra realidad. La grandiosa Revolución de Octubre siempre será inspiración y ejemplo para los oprimidos del mundo.
En resumen, y como homenaje a este gran hito en la historia de la liberación del ser humano, en su evolución para que ningún hombre sea explotado por otro, el Camino de Octubre nos dejó algunas enseñanzas que se pueden resumir en los siguientes puntos:
(1) La ley de la violencia revolucionaria es imprescindible para derrumbar el Estado reaccionario burgués, sea cual sea su fachada, democrática o fascista, y construir un nuevo Estado proletario;
(2) Ninguna Revolución puede triunfar si no va de la mano de una vanguardia que organice a la clase trabajadora, sin una ideología que dirija la lucha hacia el comunismo; en el caso de la Revolución de Octubre, Lenin y su actualización del marxismo, el marxismo-leninismo;
(3) Sólo la dictadura de la clase revolucionaria asegurará el derrocamiento completo del viejo sistema de poder de las clases explotadoras y opresoras y el éxito de la revolución social, de la revolución económica y de la revolución de la superestructura ideológico-cultural hasta entonces vigentes;
(4) La vanguardia revolucionaria histórica para poder organizarse, devenir una fuerza material y ejercer una dirección eficaz, y las masas, para poder enfrentar exitosamente la poderosa maquinaria estatal de su enemigo de clase, tienen necesidad de dotarse de un núcleo dirigente que sepa actuar en todas las circunstancias cambiantes, de un Partido revolucionario combatiente;
(5) Ese Partido Comunista, intransigentemente clasista y consecuentemente revolucionario, armado con el Marxismo-Leninismo, sólo podrá cumplir su función de vanguardia si se liga profundamente a las masas de su clase, y aprende, aplicando el método dialéctico, a prepararse, a dirigir y a organizar, cuando las condiciones lo demanden, la lucha en todas sus formas por el Socialismo y/o la guerra popular de liberación.
(6) Los trabajadores deben a la Revolución de Octubre de 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre en el calendario ruso) todas las conquistas sociales alcanzadas por la clase obrera en el siglo XX; gracias a la toma del poder por los soviets nació la Unión Soviética, que se convirtió en la primera potencia mundial militar, cultural, deportiva y, sobre todo, social en pocos años, y que, debido a la superioridad de su sistema económico, de su democracia, y a la identificación de sus trabajadores con sus objetivos, es decir, con la construcción del Socialismo como medio de dirigirse hacia la sociedad comunista, aplastó al más poderoso ejército del mundo, el alemán, y al fascismo europeo durante la Segunda Guerra Mundial, liberando con ello a la mayor parte de los pueblos de Europa de la barbarie capitalista.
La Revolución Bolchevique dio a conocer a la clase trabajadora mundial los instrumentos para su liberación, adquiriendo desde su inicio un carácter internacional. El esfuerzo y el triunfo de los comunistas rusos, unidos en torno al Partido Bolchevique, dirigidos por Lenin y por Stalin, daría lugar al nacimiento del primer Estado de los trabajadores de la historia, y sembraría el mundo de semillas revolucionarias que germinarían en las luchas nacionales de liberación de las colonias contra el imperialismo y en las revoluciones de los pueblos, dirigidos por grandes comunistas como aquellos de la talla de Mao Tse Tung, Enver Hoxha, Ho Chi Ming, Ernesto Che Guevara, Jorge Dimitrov, Kim Il Sung, entre los muchos ejemplos de una cita interminable, y de otros tantos millones de comunistas en todos los países del mundo que llevaban en sus corazones el ejemplo de la Revolución de Octubre, con la seguridad y la confianza de que lo que hicieron los proletarios rusos aquella resplandeciente noche de 1917 lo pueden volver a hacer los proletarios, los trabajadores, los explotados y oprimidos planeta, en cualquier lugar, en cualquier momento.
¡VIVA EL 7 DE NOVIEMBRE RUSO DE 1917!
¡VIVA EL CAMINO DE OCTUBRE!
¡LOOR A LOS CAMARADAS LENIN Y STALIN CONSTRUCTORES DE HISTORIA!
¡VIVA LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL!

lunes, octubre 28, 2013

Comunicado de presentación del blog de la Red de Blog Comunistas

La Red de Blog Comunistas comunica que a partir de ahora va a disponer de una nueva herramienta para llevar a cabo su labor de difusión y defensa de la ideología comunista, su propio blog, que se podrá consultar en la siguiente dirección electrónica:

www.reddeblogscomunistas.blogspot.com.
A través de él, RBC continuará trabajando para la construcción del Socialismo, usándolo para hacer públicos sus comunicados, acciones y denuncias, además de ser un instrumento de expresión de sus decisiones colectivas.

Como ya se ha explicado en anteriores comunicados, y consta en sus  Principios Básicos de Adhesión , el objetivo de RBC es  "sumar esfuerzos y unir fuerzas para avanzar en la lucha de clases, antiimperialista y revolucionaria hacia un futuro de dictadura del proletariado y de erradicación del imperialismo a nivel mundial", considerando el marxismo-leninismo como la herramienta de análisis básica para llevarlo a cabo.
El blog de RBC será un arma de combate más para cumplir nuestros objetivos de alcanzar, por todos los medios, una mundo sin explotación del hombre por el hombre, una sociedad sin barbarie capitalista, un futuro socialista. .
¡Saludos Comunistas!

RBC

viernes, octubre 18, 2013

Sobre el carácter de nuestra Democracia Popular

Por Jozsef Revai
Octubre de 1949


Quiero hablar de un problema, el problema que ha sido mencionado hoy por el camarada Rakosi, y que se trata de forma nítida en su reciente gran artículo: «El problema de la dictadura del proletariado». En su declaración el camarada Rakosi afirmó que la democracia popular es una dictadura del proletariado, aunque no en la forma soviética, pero que la democracia popular cumple las funciones de la dictadura del proletariado.

Este problema, camaradas, es una decisión importante, aunque hay que decir antes siendo sinceros que la dirección central del Partido que no le dio la atención por parte de los funcionarios del partido que se merecía.

Es obvio, sin embargo, que la declaración del camarada Rákosi, que se anunció casi simultáneamente con declaraciones similares por los camaradas Dimitrov en Bulgaria y Bierut en Polonia, teniendo así una importancia decisiva. En la tesis de que una democracia popular es una dictadura del proletariado, aunque no de la forma soviética, no se incluyó un resumen de la evaluación de los resultados de más de cuatro años de lucha por nuestra parte y de la esencia de nuestras futuras tareas.

¿Por qué no se pone más atención a este problema entre los miembros del partido? Vale la pena estudiar este fenómeno, que muestra el subdesarrollo relativo de pensamiento ideológico en nuestro Partido. Es cierto que los miembros del Partido tienen sed de aprender y son ambiciosos para mejorar sus cualidades, y sin embargo, la sensación de satisfacción a la hora de tocar cuestiones teóricas no está suficientemente desarrollada. La preocupación por las cuestiones teóricas sigue siendo demasiada vaga entre las preocupaciones de los seminarios y las escuelas del Partido, y no se ha convertido en la fuerza impulsora de la práctica del Partido en su trabajo diario. La teoría por tanto no ocupa el papel que debería; en muchos casos sólo significa un conocimiento muerto, en lugar de una perspectiva o guía para la práctica. Muy a menudo se está sobrecargando todo con la práctica, y con frecuencia nos encontramos viviendo día a día de modo espontáneo. Es cierto que los problemas de la construcción económica, las tareas del trabajo socialista cotidiano, son el centro de nuestro interés, pero esto no debe realizarse hasta el momento en que nuestros sentidos se embotan a los problemas de la política o de poder.

Es evidente que la afirmación «la democracia popular es una muestra de la dictadura del proletariado» no es un anuncio que hace un gran alboroto. Pero si no tenemos que hacer un gran alboroto al respecto, no necesitamos tampoco ocultarlo, ni tratar con ello en secreto. Y el factor decisivo es la necesidad de dar a conocer el interior del Partido de la importancia de esta declaración, de este hecho y su porqué. Porque, camaradas, no estamos hablando de un enunciado teórico normal, sino de un problema muy práctico. Si hacemos a conocer dentro del Partido, en la clase obrera, que la democracia popular es la dictadura del proletariado, entonces esto se convierte y se convierta en un recurso más de los esfuerzos para construir el socialismo, de la lucha contra los enemigos de clase, y de la defensa contra los imperialistas.

Yo creo que no es necesario examinar la afirmación de que la democracia popular y en general también otras democracias populares significa la aplicación de la dictadura del proletariado, aunque no como se hizo en la experiencia soviética. Es evidente que la democracia popular no ha sido desde el principio una dictadura del proletariado, sino que convirtió en ella durante nuestra lucha. El desarrollo de nuestra democracia popular no es otra cosa que una lucha que comenzó con los objetivos iniciales de destruir el fascismo, de la realización de nuestra independencia nacional, y de manera constante ejecución de las tareas cívicas democráticas, cosas, que luego se fueron transformado posteriormente en una pelea en contra de la gran burguesía, y luego contra todo tipo de burguesía, manteniendo así la lucha contra el capitalismo con el objetivo primero de la expulsión de los elementos de clase capitalistas y luego procediendo a su liquidación. Esta transformación comenzó siendo antifascista, nacional, cívico-democrática, y se hizo más y más grande y desarrollado una lucha para lograr una transformación socialista.

Nuestro Estado, por lo tanto, no ha sido desde el principio una dictadura del proletariado. Debemos tener en cuenta el hecho de que estábamos desde hace mucho tiempo en minoría en el gobierno, hasta la caída de Ferenc Nagy, el gobierno de  la democracia popular no sólo consistía en elementos tales como los kulaks, sino de los representantes de la burguesía y también de los agentes de los imperialistas. Tomemos en consideración el hecho de que el programa de 1944 del Frente de la Independencia era sólo el en esencia un programa de la revolución burgués-democrática antifascista, antifeudal, antialemán y que en dicha transformación y no se tocaba aún una sola reclamación contra el capitalismo excepto una: la nacionalización de las minas, es decir, los recursos de la tierra. Tomemos en consideración el hecho de que en la economía de la democracia popular, hasta el año de la transformación, o sea a mediados de 1947, los elementos capitalistas eran dominantes en la nacionalización de la industria y bancos.

El hecho de que la Democracia Popular de Hungría sea un tipo de dictadura del proletariado, es el resultado de un desarrollo provocado por la difícil lucha de clases, se trata también de nuestro programa de de partido desarrollado, todo ello a pesar del hecho de que el programa no menciona la dictadura del proletariado. De acuerdo con nuestro programa, con la liberación del país, y la caída del sistema de poder de los grandes terratenientes y el gran capital: la clase obrera, la totalidad de los campesinos, por lo que también aún los campesinos ricos, y la facción antialemana de la burguesía, se hizo cargo del poder inicialmente. Esto se reflejó así: «Con la amenaza alemana eliminada, la destrucción del feudalismo y la resolución paso a paso de los problemas que plantea la lucha contra el gran capital, durante la cual la lucha contra los reaccionarios y la intensificación de las diferencias internacionales llevó como resultado el derrocamiento del poder y gobierno de los representantes de los capitalistas así como la mayoría de los representantes de los explotadores de los distritos rurales. Hoy en Hungría la clase obrera y su aliado el campesinado trabajador están en el poder».

¿Creen ustedes camaradas que nuestra transformación, en su primera fase, antes de convertirse en una transformación socialista, era solamente una transformación democrático-burguesa y que hay teníamos pensado quedarnos? De ninguna manera se puede pensar eso. Ustedes saben muy bien que la clase obrera estuvo representada en el gobierno y en el aparato de poder. Éramos una minoría en el Parlamento y en el Gobierno, eso es cierto, pero al mismo tiempo nos alzábamos dentro de la sociedad y la política como la fuerza principal. Tuvimos un control decisivo sobre las fuerzas policiales. Nuestra fuerza, la fuerza de nuestro partido y la clase obrera, se multiplica por el hecho de que la Unión Soviética y el ejército soviético siempre estuvieron y están ahí para apoyarnos con su asistencia. En la primera fase de nuestra transformación, cuando hemos tenido problemas muy claros en las tareas democrático-burguesas, luchamos para concertarlos, así como para proporcionar el establecimiento y la garantía de las condiciones que hicieran posible la transformación socialista en breve. El cambio en el desarrollo de la democracia popular en la dictadura del proletariado comenzó con la destrucción del ala derecha del Partido de los Pequeños Productores, con la liquidación de la conspiración y la caída de Ferenc Nagy. A continuación, el kulak se convirtió en un enemigo directo, entonces el papel de liderazgo de nuestro partido y la clase obrera se fortaleció. Pero la lucha por la transformación de Hungría a lo largo de líneas anticapitalistas y socialistas se inició mucho antes, cuando en la primavera de 1946 el ala Bloque de Izquierda, bajo la dirección del Partido Comunista, tuvo éxito en la lucha por la nacionalización de la industria pesada; cuando, en el otoño de 1946, el IIIº Congreso de nuestro Partido, anunció el lema: «Estamos construyendo el país, no para los capitalistas, sino para el pueblo». Ferenc Nagy dimitió a finales de mayo de 1947, pero es que ya la dirección del partido y el propio camarada Rakosi en el evento que se celebró en el distrito Angyalföld de Budapest, soltó la clara consigna: «Vamos a hacer la paguen los ricos», y se dio el pistoletazo de salida para el inicio de la lucha, no sólo para el control, sino por la nacionalización de los grandes bancos como se dijo en el 7 de mayo. En muestro plan de tres años, que se menciona por primera vez antes de la Navidad de 1946, el camarada Gerö no abrió fuego dirigiéndose francamente y abiertamente contra el capitalismo en su conjunto, a toda la burguesía, pero ya estaba relacionado con las tareas de la lucha contra el gran capital que correspondían a esa etapa. El cambio socialista de nuestra transformación, el período durante el cual nuestra democracia popular se convirtió en una dictadura del proletariado se extendió aproximadamente desde mayo de 1947, con la caída de Ferenc Nagy, a enero de 1948. Este es el glorioso año del cambio, cuando la mayoría de la clase obrera se alineó detrás del Partido Comunista, y cuando en la Iº Primera Conferencia Nacional de los miembros del Partido, el lema del III Congreso: «Estamos construyendo el país no para los capitalistas , pero para la gente», se cambió a la nueva consigna victoriosa: «El país es suyo, ustedes está construyendo todo para sí mismos». Este desarrollo, nuestro desarrollo en una dictadura del proletariado, fue coronado definitivamente en junio de 1948 con la destrucción del ala derecha del Partido Socialista y el establecimiento del actual Partido de los Trabajadores Unificado.

Debemos plantearnos seriamente si fuimos capaces de ver con claridad, si nosotros éramos realmente conscientes durante la lucha, de la naturaleza y la dirección de los cambios que ocurrían en nuestra democracia popular, en el carácter de nuestro Estado. No, camaradas, nosotros no lo vimos totalmente. En la mayoría nosotros sentíamos nuestro camino en la dirección derechista. El Partido no junto a sus filas bajo una actitud unificada, clarificada y elaborada con respecto al carácter de la democracia popular y su futuro desarrollo. Debemos indicar esto, ejerciendo la autocrítica. Y debemos acentuar el hecho que recibimos el estímulo decisivo y la ayuda para la clarificación de nuestro futuro desarrollo de parte del Partido Comunista (Bolchevique) de la Unión Soviética, de forma clarividente bajo las enseñanzas de Camarada Stalin. Las dos sesiones de la Kominform, la primera a finales de 1947, y la segunda en el verano 1948, fueron de ayuda fundamental para nosotros. En la primera sesión nos enseñaron a nosotros que, una democracia popular, en su etapa final, no podía detener la total destrucción de los elementos capitalistas, y en la segunda sesión se nos mostró, que la transformación socialista no podía ser limitada sólo a las ciudades, sino que tenía que ser ampliada a los distritos rurales y esto nos hizo reafirmarnos de que por tanto en cuanto a las cuestiones fundamentales de la transformación del socialismo, la Unión Soviética es nuestro modelo y que el camino de las democracias populares se diferencia sólo en ciertas formas externas, y no en la esencia, del camino de la Unión Soviética.

¿Cuáles fueron los errores en estas cuestiones tan fundamentales? Creo que hicimos los siguientes errores:

1. En la primera fase de la democracia popular, cuando la lucha no fue dirigida sin rodeos contra el capitalismo, cuando la lucha por el rendimiento constante de las tareas democrático-burguesas estaban en el orden del día, se empezó a decir que la democracia popular era una variedad plebeya democracia burguesa. En 1945, cuando el ala derecha del Partido de los Pequeños Productores nos quería provocar en la lucha contra la campaña electoral en torno a la pregunta: «Socialismo o la propiedad privada burguesa?» No estábamos equivocados en la evasión de la provocación. Creo que estábamos en lo cierto cuando en aquella ocasión criticamos a nuestros compañeros socialistas de izquierda, que durante las elecciones de Budapest anunciaron el lema: «Por una Budapest roja» Esta acción sólo servía a nuestros enemigos. Era correcto en ese momento hacer hincapié en que la cuestión no era una elección entre socialismo o la propiedad privada burguesa, sino que más bien era la siguiente: ¿Hay que pactar con las fuerzas del viejo sistema, o hay que liquidarlos? Fue correcto que mientras ejercíamos la lucha contra el gran capital, no hiciéramos hincapié abierto todavía en que se trataba de una transición por la lucha por el socialismo, sino que sólo dijéramos que las medidas puestas en marcha contra el gran capital querían decir que al mismo tiempo se garantizaba la protección de las pequeñas propiedades privadas. Fue correcta la actitud de no mostrar nuestras cartas, pero a menudo se nos olvidó que la democracia popular en este momento era algo más que una variedad plebeya de la democracia burguesa, y que era un paso hacia la transición socialista, que contenía ya entonces los elementos de desarrollo hacia la dictadura del proletariado.

2. El segundo error fue el hecho de que en primer lugar y de manera abrumadora, destacamos las diferencias entre el desarrollo de la Unión Soviética y nuestro desarrollo como democracia popular, en lugar de hacer hincapié en la similitud y la identidad sustancial de los dos acontecimientos.

3. En cuanto a nuestro tercer error, llegamos a la conclusión de que quizás por el carácter popular del proceso, y por lo tanto por el transito relativamente pacífico, el desarrollo hacia el socialismo se podría lograr sin dictadura del proletariado. O que –era sólo otra forma del mismo error– dijimos que la dictadura del proletariado significaba la dictadura del proletariado en la Unión Soviética, mientras que con nosotros bajo la democracia popular ésta era superflua.

4. También fue un error decir que nosotros también necesitamos la dictadura del proletariado para la consecución del socialismo, pero que considerabamos la dictadura del proletariado como forma de gobierno que debe seguir la democracia popular pero que la democracia popular no llevaba implícita la dictadura del proletariado.

5. Y, por último, camaradas, era un error considerar la esencia de la democracia popular en la división de poder entre la clase obrera y el campesinado trabajador. La dictadura del proletariado, tal como fue definido por Lenin y Stalin, significa que el poder es indivisible en manos del proletariado y que la clase obrera no comparte el poder con otras clases. Por lo tanto, no comparte su poder con el campesinado. Esta concepción errónea de la división del poder se puede ver expresada en mi lectura en la Conferencia de Capacitación del Partido, donde aún así –gracias al magnífico artículo del camarada Rákosi– estuvimos cercanos en la concepción correcta de que la democracia popular es una transición del capitalismo hacia el socialismo y era y se debía aplicar por lo tanto, la dictadura del proletariado. Esta concepción errónea entorno al campesinado se expresaba también en el programa de nuestro partido, un documento fundamentalmente correcto, pero de ninguna manera un fetiche, que debe ser enmendada y corregida en algunas partes, debido a algunas de las cuestiones básicas, como el desarrollo socialista de la agricultura y la colectivización, se expresan en nuestro programa sólo en una forma encubierta y no se mencionan por su nombre real.

En cuanto a la pregunta de si la dictadura del proletariado quiere decir el poder exclusivo de la clase obrera y no la división de aquel poder entre obrero y el campesinado, me sería útil citar a Lenin y Stalin. Lenin dice: 

«La clase que ha tomado en sus manos el Poder político, lo ha tomado consciente de que es ella sola la que se hace cargo de él. Esto esta intrínseco en el concepto de dictadura del proletariado. Y este concepto sólo tiene sentido cuando una clase sabe que es ella sola la que toma en sus manos el Poder político y no se engaña a si misma ni engaña a los demás hablando de un Poder «de todo el pueblo», elegido por todos y refrendado por todo el pueblo». (1) (Lenin, Congreso de los Trabajadores del Transporte de toda Rusia, 1921)

Según Stalin, la dictadura del proletariado quiere decir que aquella clase:

«No ejerce y no puede ejercer el poder juntos con otras clases». (2) (Stalin, Cuestiones del leninismo, 1926)

Además, Stalin agrega que:

«El dirigente en el sistema de la dictadura del proletariado, es un solo partido, el Partido del proletariado, el Partido Comunista, que no comparte ni puede compartir la dirección con otros partidos». (3) (Stalin, Cuestiones del leninismo, 1926)

¿Esto es válido para nosotros? Con nosotros, hay no sólo los comunistas en el gobierno, sino también los pequeños productores y miembros de Partido del Campesino. Con nosotros, este gobierno, este gabinete, es todavía un gobierno de coalición. ¿Esta coalición de nuestro Partido con los pequeños productores y el Partido del Campesino ejerce el liderazgo juntos con ellos, o sea con nosotros el poder es dividido entre la clase obrera y el campesinado trabajador?

En cuanto a esto, déjenme citar a Stalin una vez más: 

«Nosotros habíamos estado marchando en octubre con el lema de la dictadura del proletariado y del campesinado pobre y esto de hecho prácticamente fue alcanzado en octubre, puesto que nosotros teníamos un bloque con la izquierda y un liderazgo dividido con ellos, aunque entonces nosotros ya tuviéramos una dictadura de proletario en efecto, ya que los bolcheviques constituimos la mayoría. La dictadura del proletariado y el campesinado pobre dejó de existir formalmente también después de que el golpe de izquierdista eserista, cuando el liderazgo entero cayó en las manos de un Partido único –el nuestro– que no comparte y no puede compartir el liderazgo del estado con otros partidos». (4) (Stalin, Tres consignas fundamentales del Partido en la cuestión campesina, 1927)

Formalmente, también con nosotros hay elementos de división de poder y liderazgo. Pero de hecho, camaradas, es la clase obrera la que solo está en el poder, de hecho es nuestro Partido el único que controla la máquina estatal. Desde luego, el hecho de que hoy todavía compartimos, aunque sea formalmente, el liderazgo con otros partidos tiene importancia. Esto indica que la alianza de la clase obrera y del campesinado trabajador no es bastante cercana aún, que aún no organizamos el campesinado bastante bien alrededor de la clase obrera. ¿El poder abrumador e incondicional de la clase obrera significa la exclusión de los campesinos de la conformación de su propio destino? No lo hace. El poder, el liderazgo, es indivisible, pero en algunos ámbitos importantes la clase obrera voluntariamente incluye al campesinado y sus representantes en el ejercicio del poder. Nuestro Estado está gobernado por la clase obrera únicamente pero este Estado es un Estado de los trabajadores y por tanto de los campesinos también, por consiguiente, este Estado se basa en una alianza de la clase obrera y el campesinado. Sin embargo, incluso si la dictadura del proletariado está siendo construida sobre esta alianza de clase: la clase obrera y el campesinado, no puede ser identificado con ello en absoluto. ¿Por qué no puede este poder se ejerce junto con el campesinado? Porque en tal caso, el Estado dejaría de ser un arma con la que cuenta el socialismo. Para el campesinado, aun siendo una clase trabajadora, es indiferentemente a la propiedad privada e indiferentemente para las cooperativas. Vacila. Debería ser apoyado, conducido, educado y ayudado para que éste acepte el camino a las cooperativas. Deben dar a este liderazgo, educación y ayuda el Estado también, y es por eso que el poder no puede ser dividido con el campesinado. Por otra parte, la vacilación que concierne la materia de la progresión socialista del área rural que ocupa el campesino quiere decir al mismo tiempo la vacilación entre el capitalismo y el socialismo, la incertidumbre en la lucha contra kulak, vacilación en la lucha contra el imperialismo. Pero un Estado que se transforma en el socialismo, un Estado que lucha contra kulak, un Estado que debe protegerse contra el imperialismo, un poder dedicado a la opresión de actitudes que van contra las clases sociales trabajadoras, no debe vacilar. Es la razón, camaradas, por qué debemos liquidar el concepto de que la clase obrera comparte su poder con otras clases. En este concepto encontramos los remanentes de un punto de vista según el cual una democracia popular es un Estado bastante específico que se diferencia del Estado soviético no sólo en su forma, sino también en su esencia y funciones. Algo errado.

Sin embargo, el hecho de que el poder está poseído exclusivamente por la clase obrera no se debe decir de forma arrogante en todas partes. No tenemos la intención de engañar a los campesinos, pero igualmente no queremos fortalecer los elementos reaccionarios. Hacia el campesinado, tenemos que ser conscientes –de lo que es verdad– que incluso en áreas importantes la dictadura del proletariado incluye a los campesinos en ejercicio del poder, que la dictadura del proletariado se basa en la estrecha alianza de la clase obrera y el campesinado, y por supuesto, no en cualquier tipo de alianza, sino en la de la construcción del socialismo.

Mencionaré brevemente las consecuencias que deben extraerse de la constatación de que la democracia popular es una variación de la dictadura del proletariado.

Para empezar, el poder en la posesión de la clase obrera debe en interés de la conformación del socialismo, debe ejercer presión sobre los enemigos de clase y hacer que en la defensa contra el imperialismo esta sea aún mucho más decidida y severamente ejercida de lo que ha sido hasta ahora ha sido. «Dictadura», también significa el ejercicio de la fuerza para oprimir a los enemigos. La comprensión de que la democracia popular es una variación de la dictadura de los proletarios nos arma con el conocimiento de que, en la lucha contra el enemigo de clase los órganos destinados a aplicar esta fuerza deben de hacerse más eficaces y unificados de lo que son.

Somos conscientes de que la dictadura del proletariado no consiste sólo del ejercicio de la fuerza, sus funciones esenciales incluyen también la construcción, para la cual debe conquistar aliados para el proletariado y unirlos para la producción socialista. En nuestro caso, gracias al hecho de que podemos confiar en la Unión Soviética y lo que hemos podido ahorrarnos una guerra civil, la función más importante de nuestra dictadura del proletariado es una tarea de la construcción económica y cultural. Sin embargo, esto no significa en absoluto que las funciones de la opresión y la violencia también pertenecientes a la dictadura del proletariado debe pasarse por alto como algo secundario.

La atención continua sobre los agentes de los imperialistas y los enemigos de clase en el interior no son en absoluto las tareas secundarias, por el contrario, son las condiciones requeridas para la obra de construcción del socialismo. Por otra parte, también debemos darnos cuenta claramente en que períodos pueden venir en nuestra evolución que la función principal de la dictadura del proletariado sea el ejercicio de la fuerza contra los enemigos de dentro y fuera. El que olvida esto comete el delito de pacifismo, desmoviliza el partido y la clase obrera, y tiene vistas similares a expenderse a la construcción de nuestra organización de la seguridad del Estado, así como nuestro ejército.

Al esbozar las tareas que tenemos por delante, camaradas, hay que tener a la vista no sólo el hecho de que nuestro Estado está en estrecho parentesco con la dictadura del proletariado, sino también de que todavía está usando las cáscaras de huevo de su origen, los restos de la época de la transformación democrática burguesa. La dictadura del proletariado no es completa, para su logro final aún tenemos grandes tareas por delante antes de su consolidación definitiva.

Cuando decimos: «Nuestro Estado es una dictadura del proletariado, aunque no de la forma soviética», no hay que decir que no hay nada en la forma soviética de la dictadura del proletariado que pueda ser estudiado y aplicado para nuestro país. Por supuesto que existe. El organismo de nuestro Estado debe estar más cerca de la dictadura del proletariado que hoy se ejerce en la Unión Soviética, es decir, en la reorganización de nuestra administración, poniendo fin a la dualidad de esa administración, por lo que los trabajadores cooperen más y con mayor eficacia en la administración y en el ejercicio del poder del Estado. Sin duda, aunque nuestro Parlamento tiene que ser reformado, en la medida en que todavía lleva los restos de un parlamentarismo burgués, el dualismo de los poderes legislativo y ejecutivo.

Camaradas, el 21 de marzo de este año que se celebra el trigésimo aniversario de la proclamación de la primera gloriosa dictadura del proletariado húngara. Durante 30 años, hemos estado acariciando su memoria, manteniendo sus tradiciones y la educación de nuestro Partido, en un espíritu de autocrítica ejercida sobre las faltas cometidas en esos primeros días. Hoy en día, de una manera diferente a la de hace unos 30 años, con ideas totalmente diferentes y mucho más maduras y en otras circunstancias, hemos llegado a la etapa en la que hemos tenido que dejar de trabajar hace 30 años. A continuación, la dictadura del proletariado, pero duró 131 días, hoy estamos en el quinto año de nuestra democracia popular que se convirtió en la dictadura del proletariado. En 1919 nuestros defectos innatos y enemigos de fuera llevaron la dictadura del proletariado a su fin. Esta vez vamos a ganar y construir el socialismo.

Stalin y el Che Guevara

Por Victor Shapinov. Publicado en "Novosti Kareli". Traducido por Igor T.
Tomado de Amistad Hispano-Soviética

En el 85º Aniversario de su nacimiento, la imagen del Che como el revolucionario romántico, aventurero inquieto, creado en parte soviética, en parte por la propaganda capitalista, está lejos de la realidad. Los líderes soviéticos Jruschov y Brezhnev también contribuyeron, pues se consideraban la única fuente de sabiduría Comunista, porque temían el pensamiento revolucionario del Che Guevara.

Los escritores burgueses estaba a veces más cerca de la verdad, que la propuesta soviética. Así, la revista "Time" publicó el 8 de agosto de 1960 su retrato en la portada  entre las imágenes de Jruschov y Mao, escribió que de esto trataba, la parte teórica del Che Guevara: "Fidel, el corazón y el alma de la actual Cuba, Raúl Castro, el puño cerrado de la revolución. Guevara, su cerebro. Fue gracias a él que Cuba giró a la izquierda. Él, el más interesante y el más peligroso del triunvirato ".
Convirtiéndose en el "cerebro" de la revolución, así el Che es ayudado por el hecho de que, en su propio desarrollo individual, de la misma manera luego así lo hizo la revolución cubana, convirtiendo la sociedad en socialista de democrático-burguesa. Un sincero demócrata fue creándose el Che al viajar por América Latina, viendo el sufrimiento y la lucha de las masas, transformándose en un comunista. El único marxista y comunista de los revolucionarios, que desembarcaron del yate Granma para derrocar al régimen del dictador Fulgencio Batista, el Che Guevara, que con la precisión de un joyero se acercó al movimiento "26 de Julio" en el mismo camino de la democracia burguesa hacia el comunismo. En esta carretera se fueron perfilando todas las revoluciones del siglo XX, como hoy se va abriendo Venezuela, y Hugo Chávez que personalmente ha tenido en cuenta a Ernesto. Siempre comprometido en la autoeducación, el Che dio a la teoría la gran prioridad.
En la Carta a Armando Hart Dávalos del 4 de diciembre 1965 revela el verdadero plan de educación revolucionaria, elaborado por el Che Guevara. Che recomienda la publicación de una serie de números de literatura teórica que ayude a los revolucionarios cubanos a unirse a la escuela del pensamiento marxista. Hay clásicos de la filosofía, filósofos modernos, y una serie de "Clásicos de la economía política y de sus predecesores", series de libros polémicos. Sin embargo, se presta especial atención a la literatura marxista, una serie con el nombre de "Marx y el pensamiento marxista". Otras series van hacia solucionar un problema clásico, que el marxismo no tiene que ser aprendido de memoria, ya que el resultado final, son son una serie de "verdades eternas" y tienen que entenderse como la culminación de un largo proceso de conocimiento humano, del desarrollo de la ciencia.
"En esta serie", el Che escribe, "se publicarán obras completas de Marx y Engels, Lenin, Stalin y otros grandes marxistas, como Rosa Luxemburg" (p. 507), "otros pensadores marxistas, que al igual que Kautsky e Hilferdig, luego perdieron el camino, pero antes contribuyeron a la ideología".
El Che cree que es necesario que se publique el trabajo "las figuras más prominentes del revisionismo" como el llama a Jrushchov y Trotsky, así como el trabajo de los teóricos burgueses como Keynes. Las actas de las controversias de los años 20 en la Unión Soviética entraron en el plan editorial del Che Guevara, como "representación de la mayor importancia para nosotros".

Una escuela de pensamiento marxista, no dogmático, pero no revisionista, esa era la tarea del Che. Cualquiera que esté familiarizado con la edición de libros del plan del Che Guevara, se dará cuenta que hoy en día una lista de referencias, es adecuada para el estudio de un revolucionario, que quiera actuar de manera competente.
Che Guevara, pensó en actividades muy prácticas y teóricas, como los trabajos de I. V. Stalin, fuente de muchas ideas que en el Che fueron convirtiéndose en principios básicos. La idea de la revolución mundial también influyó en el Che, significativamente, las síntesis del líder bolchevique.
La primera vez que el nombre de Stalin se reproduce en la biografía del Che es probablemente en 1953, cuando el joven Guevara vio la pobreza y la falta de poder de los obreros y campesinos de América Latina, en recuerdo del líder muerto promete que luchará contra el capitalismo hasta el final de sus días. Al mismo tiempo, dentro de este contexto, con algo de ironía, escribe sus cartas "Stalin II». En 1956, la policía mexicana le arrestó junto con los exiliados revolucionarios cubanos, y Ernesto no ocultó sus ideas comunistas y tuvo una dispute con la policía demostrándoles que persona era Stalin.

En 1959, tres años después del XXº Congreso, en la Sierra Maestra, el Che lee a los líderes del Movimiento 26 de Julio, el libro de Stalin "Cuestiones del leninismo", y Fidel y otros cubanos critican el libro, y el Che y lo defiende en una aguda controversia. Stalin para el Che no era sólo un modelo de la práctica, sino también una autoridad teórica muy importante.