La
clase obrera de los países capitalistas APRENDE Y CON-TINUARA APRENDIENDO DE
STALIN EL ARTE BOLCHEVIQUE DE LUCHAR Y VENCER AL ENEMIGO DE CLASE. Su teoría,
comprobada y confirmada por la inmensa experiencia de la lucha victoriosa por
el socialismo, representa un arsenal inagotable de armas ideológicas para todo
el proletariado internacional.
Los
proletarios avanzados aprenden de Stalin, ante todo, a comprender el papel
excepcional de la teoría revolucionaria para la lucha libertadora de la clase
obrera.
"Sin teoría revolucionaria no puede haber
movimiento revolucionario". Esta célebre tesis de Lenin, el camarada
Stalin la aplica de un modo
invariablemente consecuente, en el curso de toda su actividad revolucionaria.
Dos
ejemplos muy característicos testimonian quizá con mayor evidencia que muchos
argumentos, la enorme importancia que el camarada Stalin atribuye a la teoría.
En vísperas de la primera revolución rusa, al luchar por la creación del
Partido bolchevique y al defender la doctrina de Lenin contra la ofensiva de
los oportunistas, Stalin sienta los fundamentos de la necesidad vital de
fusionar el movimiento obrero con la teoría socialista. En su folleto "A
propósito de las discrepancias en el Partido", escribió:
"El movimiento
obrero ESPONTANEO, movimiento SIN SOCIALISMO, se desperdiga inevitablemente y
adquiere un matiz tradeunionista, subordinándose a la ideología burguesa... Por
otra parte, el socialismo AL MARGEN DEL MOVIMIENTO OBRERO sigue siendo nada más
que una frase y pierde su significado, cualquiera que sea el terreno científico
en que se sitúe...
¿Cuál es la conclusión?
El movimiento obrero debe fusionarse con el socialismo, la actividad práctica
debe ir unida estrechamente a la teoría y dar así al movimiento obrero
espontáneo un se tido y una fisonomía socialdemócratas... "
Otro
ejemplo de los días recientes. El camarada Stalin, a pesar de estar sumamente
recargado del trabajo que supone la dirección del Estado socialista, se ocupa
en redactar el compendio de la "Historia del P. C. (b) de la URSS" y
escribe para esta obra el capítulo sobre el materialismo dialéctico e
histórico, que constituye la cúspide de la ciencia filosófica marxista. Gracias
a este trabajo del camarada Stalin, se ha creado la mejor obra teórica de
nuestros días, una enciclopedia de conocimientos fundamentales de la teoría marxista-leninista,
la brújula segura del proletariado internacional en su lucha por el
derrocamiento del capitalismo, en su lucha por el socialismo.
Durante decenas de años, el camarada Stalin ha
desarrollado, completado y enriquecido la teoría marxista-leninista Toda esta
labor gigantesca del camarada Stalin representa LA ENCARNACIÓN DEL MARXISMO
CREADOR. Es enemigo irreconciliable de todo dogmatismo. No admite la aplicación
de modelos hechos ni de esquemas inalterables, al tener que resolver los
problemas concretos de la lucha del proletariado.
Dando
ejemplos magníficos de fidelidad a los principios bolcheviques unida a la
flexibilidad más grande, aplicando de una manera magistral la dialéctica
marxista, Stalin pone infatigablemente en guardia contra la aplicación mecánica
de la experiencia de unos países al movimiento obrero de otros que se
encuentran en condiciones distintas. Exige que sea profundamente analizada cada
situación histórica concreta, que se analice la relación de fuerzas de clase,
que se tome en consideración lo nacionalmente específico y las particularidades
de cada país. Enseña a los comunistas a basar su estrategia y táctica en la
realidad viva; A NO VER EN LA TEORÍA UNA RECOPILACIÓN DE DOGMAS ABSTRACTOS,
SINO UN GUIA PARA LA ACCIÓN.
En
el artículo dedicado al quincuagésimo aniversario de Lenin, el camarada Stalin
ha dado una brillante definición de la diferencia que hay entre el marxismo
creador y el marxismo dogmático. Al comparar la actitud hacia el marxismo
adoptado por los oportunistas de la II Internacional, en la época anterior a la
guerra, con la de los bolcheviques, dirigidos por Lenin, el camarada Stalin
escribía:
"El
segundo grupo (esto es, los bolcheviques.—G. D.), por el contrario, traslada el
centro de gravedad del problema de este re- conocimiento únicamente externo del
marxismo a su aplicación, a su realización práctica. Determinar de acuerdo con
la situación los caminos y los medios para realizar el marxismo, modificar es-
tos caminos y estos medios cuando la situación cambia, esto es lo que merece
principalmente la atención de este grupo. No es de las analogías y de los
paralelos históricos de donde este grupo deduce las directivas e
indicaciones, sino del estudio de las condiciones circundantes. Sus actividades
no se basan en citas y sentencias, sino en la experiencia práctica, por medio
de la cual comprueba cada uno de sus pasos, aprendiendo de sus errores y enseñando
a los demás a edificar la nueva vida. Esto y no otra cosa es lo que explica que
en las actividades de este grupo los hechos no estén en desacuerdo con las
palabras y que la doctrina de Marx conserve enteramente su fuerza
revolucionaria viva. A este grupo son plenamente aplicables las palabras de
Marx, según las cuales los marxistas no pueden conformarse con interpretar él
mundo, sino que, además, deben transformarlo. Este grupo se llama bolchevismo,
comunismo."
Impulsando
la teoría marxista-leninista, el camarada Stalin ha luchado y lucha, al mismo
tiempo, de un modo intransigente contra todos los intentos de tergiversación y
deformación oportunistas del leninismo.
La
traición en política comienza, generalmente, con la re- visión de la teoría.
Así sucedió con los oportunistas de la II Internacional. Así sucedió también
con los mencheviques, con los trotskistas, bujarinistas, zinovievistas y otros
enemigos del Partido y de la clase obrera. La lucha por la pureza de la teoría
revolucionaria, la intransigencia frente al envilecimiento y deformación de la
misma, son inseparables del bolchevismo. Los jefes y teóricos del bolchevismo,
Lenin y Stalin, han concedido una importancia decisiva a esta lucha y la han
llevado a cabo de un modo infatigable.
En toda su actividad, el camarada
Stalin da un ejemplo insuperable de cómo hay que defender el
marxismo-leninismo. De la misma manera que Lenin ha sabido defender el marxismo
a lo largo de muchos años de lucha contra toda una legión de
"teóricos" del revisionismo, sin permitirles castrar la esencia
revolucionaria del marxismo, así ha defendido Stalin el marxismo-leninismo
contra los miserables intentos hechos
por los agentes enemigos, para deformar esta doctrina y debilitar de este modo
las fuerzas del proletariado.
La preocupación constante de Stalin por mantener la
pureza de la teoría de vanguardia de la clase obrera y por des- arrollarla
tiene, en las condiciones actuales, una importancia particular. Contra esta
teoría se ponen ahora en pie de guerra los enemigos de la clase obrera en todos
los países capitalistas. Allí, en relación con la guerra imperialista y la ofensiva
de la reacción mundial, se ha desencadenado una campaña furiosa contra el
marxismo revolucionario, contra el comunismo. Los enemigos odian a muerte la
teoría marxista- leninista, porque se dan cuenta de que esta teoría se posesiona
de las masas y se transforma en una fuerza material, porque esta teoría indica
a los trabajadores el camino certero de lucha contra la guerra imperialista,
contra la reacción burguesa y la esclavitud capitalista.
La burguesía ha puesto todo en juego para desarmar
ideológicamente a la clase obrera. La iglesia declara una cruzada contra el
marxismo, cruzada en la que la acompañan los sabios lacayos de la burguesía y
les hacen coro los agentes del imperialismo de la II Internacional. Los
ministerios de propaganda especialmente creados desarrollan una burda y
vocinglera campaña contra el marxismo. Las salvajes falanges de choque de la
reacción saquean y queman las obras de Lenin y Stalin.
Pero son
inútiles todos los intentos de la burguesía, que emplea en su campaña antimarxista
el engaño astuto en combinación con la represión brutal de la policía, las
seducciones y las amenazas, el soborno y los tribunales de guerra. Sus intentos
son vanos porque los obreros avanzados aprenden del camarada Stalin la teoría
marxista-leninista, la capacidad de defenderla contra los atentados de los
enemigos, de lle-varla a las grandes masas trabajadoras, de hacerla coincidir
con la práctica de la lucha de clases y de asegurar su dominio absoluto en el
movimiento obrero internacional.
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