jueves, febrero 14, 2013

Jorge Dimitrov - Stalin y el proletariado internacional (2/5)


La clase obrera de los países capitalistas APRENDE Y CON-TINUARA APRENDIENDO DE STALIN EL ARTE BOLCHEVIQUE DE LUCHAR Y VENCER AL ENEMIGO DE CLASE. Su teoría, comprobada y confirmada por la inmensa experiencia de la lucha victoriosa por el socialismo, representa un arsenal inagotable de armas ideológicas para todo el proletariado internacional.
Los proletarios avanzados aprenden de Stalin, ante todo, a comprender el papel excepcional de la teoría revolucionaria para la lucha libertadora de la clase obrera.
"Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario". Esta célebre tesis de Lenin, el camarada Stalin la aplica de un modo invariablemente consecuente, en el curso de toda su actividad revolucionaria.
Dos ejemplos muy característicos testimonian quizá con mayor evidencia que muchos argumentos, la enorme importancia que el camarada Stalin atribuye a la teoría. En vísperas de la primera revolución rusa, al luchar por la creación del Partido bolchevique y al defender la doctrina de Lenin contra la ofensiva de los oportunistas, Stalin sienta los fundamentos de la necesidad vital de fusionar el movimiento obrero con la teoría socialista. En su folleto "A propósito de las discrepancias en el Partido", escribió:
"El movimiento obrero ESPONTANEO, movimiento SIN SOCIALISMO, se desperdiga inevitablemente y adquiere un matiz tradeunionista, subordinándose a la ideología burguesa... Por otra parte, el socialismo AL MARGEN DEL MOVIMIENTO OBRERO sigue siendo nada más que una frase y pierde su significado, cualquiera que sea el terreno científico en que se sitúe...
¿Cuál es la conclusión? El movimiento obrero debe fusionarse con el socialismo, la actividad práctica debe ir unida estrechamente a la teoría y dar así al movimiento obrero espontáneo un se tido y una fisonomía socialdemócratas... "
Otro ejemplo de los días recientes. El camarada Stalin, a pesar de estar sumamente recargado del trabajo que supone la dirección del Estado socialista, se ocupa en redactar el compendio de la "Historia del P. C. (b) de la URSS" y escribe para esta obra el capítulo sobre el materialismo dialéctico e histórico, que constituye la cúspide de la ciencia filosófica marxista. Gracias a este trabajo del camarada Stalin, se ha creado la mejor obra teórica de nuestros días, una enciclopedia de conocimientos fundamentales de la teoría marxista-leninista, la brújula segura del proletariado internacional en su lucha por el derrocamiento del capitalismo, en su lucha por el socialismo.
Durante decenas de años, el camarada Stalin ha desarrollado, completado y enriquecido la teoría marxista-leninista Toda esta labor gigantesca del camarada Stalin representa LA ENCARNACIÓN DEL MARXISMO CREADOR. Es enemigo irreconciliable de todo dogmatismo. No admite la aplicación de modelos hechos ni de esquemas inalterables, al tener que resolver los problemas concretos de la lucha del proletariado.
Dando ejemplos magníficos de fidelidad a los principios bolcheviques unida a la flexibilidad más grande, aplicando de una manera magistral la dialéctica marxista, Stalin pone infatigablemente en guardia contra la aplicación mecánica de la experiencia de unos países al movimiento obrero de otros que se encuentran en condiciones distintas. Exige que sea profundamente analizada cada situación histórica concreta, que se analice la relación de fuerzas de clase, que se tome en consideración lo nacionalmente específico y las particularidades de cada país. Enseña a los comunistas a basar su estrategia y táctica en la realidad viva; A NO VER EN LA TEORÍA UNA RECOPILACIÓN DE DOGMAS ABSTRACTOS, SINO UN GUIA PARA LA ACCIÓN.
En el artículo dedicado al quincuagésimo aniversario de Lenin, el camarada Stalin ha dado una brillante definición de la diferencia que hay entre el marxismo creador y el marxismo dogmático. Al comparar la actitud hacia el marxismo adoptado por los oportunistas de la II Internacional, en la época anterior a la guerra, con la de los bolcheviques, dirigidos por Lenin, el camarada Stalin escribía:
"El segundo grupo (esto es, los bolcheviques.—G. D.), por el contrario, traslada el centro de gravedad del problema de este re- conocimiento únicamente externo del marxismo a su aplicación, a su realización práctica. Determinar de acuerdo con la situación los caminos y los medios para realizar el marxismo, modificar es- tos caminos y estos medios cuando la situación cambia, esto es lo que merece principalmente la atención de este grupo. No es de las analogías y de los paralelos históricos de donde este grupo deduce las directivas e indicaciones, sino del estudio de las condiciones circundantes. Sus actividades no se basan en citas y sentencias, sino en la experiencia práctica, por medio de la cual comprueba cada uno de sus pasos, aprendiendo de sus errores y enseñando a los demás a edificar la nueva vida. Esto y no otra cosa es lo que explica que en las actividades de este grupo los hechos no estén en desacuerdo con las palabras y que la doctrina de Marx conserve enteramente su fuerza revolucionaria viva. A este grupo son plenamente aplicables las palabras de Marx, según las cuales los marxistas no pueden conformarse con interpretar él mundo, sino que, además, deben transformarlo. Este grupo se llama bolchevismo, comunismo."
Impulsando la teoría marxista-leninista, el camarada Stalin ha luchado y lucha, al mismo tiempo, de un modo intransigente contra todos los intentos de tergiversación y deformación oportunistas del leninismo.
La traición en política comienza, generalmente, con la re- visión de la teoría. Así sucedió con los oportunistas de la II Internacional. Así sucedió también con los mencheviques, con los trotskistas, bujarinistas, zinovievistas y otros enemigos del Partido y de la clase obrera. La lucha por la pureza de la teoría revolucionaria, la intransigencia frente al envilecimiento y deformación de la misma, son inseparables del bolchevismo. Los jefes y teóricos del bolchevismo, Lenin y Stalin, han concedido una importancia decisiva a esta lucha y la han llevado a cabo de un modo infatigable.

En toda su actividad, el camarada Stalin da un ejemplo insuperable de cómo hay que defender el marxismo-leninismo. De la misma manera que Lenin ha sabido defender el marxismo a lo largo de muchos años de lucha contra toda una legión de "teóricos" del revisionismo, sin permitirles castrar la esencia revolucionaria del marxismo, así ha defendido Stalin el marxismo-leninismo contra los miserables intentos hechos por los agentes enemigos, para deformar esta doctrina y debilitar de este modo las fuerzas del proletariado.

La preocupación constante de Stalin por mantener la pureza de la teoría de vanguardia de la clase obrera y por des- arrollarla tiene, en las condiciones actuales, una importancia particular. Contra esta teoría se ponen ahora en pie de guerra los enemigos de la clase obrera en todos los países capitalistas. Allí, en relación con la guerra imperialista y la ofensiva de la reacción mundial, se ha desencadenado una campaña furiosa contra el marxismo revolucionario, contra el comunismo. Los enemigos odian a muerte la teoría marxista- leninista, porque se dan cuenta de que esta teoría se posesiona de las masas y se transforma en una fuerza material, porque esta teoría indica a los trabajadores el camino certero de lucha contra la guerra imperialista, contra la reacción burguesa y la esclavitud capitalista.

La burguesía ha puesto todo en juego para desarmar ideológicamente a la clase obrera. La iglesia declara una cruzada contra el marxismo, cruzada en la que la acompañan los sabios lacayos de la burguesía y les hacen coro los agentes del imperialismo de la II Internacional. Los ministerios de propaganda especialmente creados desarrollan una burda y vocinglera campaña contra el marxismo. Las salvajes falanges de choque de la reacción saquean y queman las obras de Lenin y Stalin.
Pero son inútiles todos los intentos de la burguesía, que emplea en su campaña antimarxista el engaño astuto en combinación con la represión brutal de la policía, las seducciones y las amenazas, el soborno y los tribunales de guerra. Sus intentos son vanos porque los obreros avanzados aprenden del camarada Stalin la teoría marxista-leninista, la capacidad de defenderla contra los atentados de los enemigos, de lle-varla a las grandes masas trabajadoras, de hacerla coincidir con la práctica de la lucha de clases y de asegurar su dominio absoluto en el movimiento obrero internacional.

 

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