Extraído de la revista Unidad y Lucha n° 16
Enver Hoxha nació en 1908, en una Albania en plena ebullición, las
manifestaciones por la liberación del país de la dominación turca, se sucedían
por doquier. Cuatro años tenía Enver cuando, en noviembre de 1912, Ismaël Kemal
proclamó la independencia de Albania. Ese mismo año tuvo lugar en Londres la
Conferencia de los embajadores de las grandes potencias (Alemania, Austria,
Hungría, Francia, Italia, Gran Bretaña y Rusia) que reconoció formalmente al
nuevo Estado, pero bajo tutela y con la designación de un príncipe alemán como
«rey» de Albania y adjudicando a Serbia la mitad del territorio albanés: el
problema de Kosovo había nacido.
Doce años tenía Enver cuando, al finalizar
la I Guerra Mundial, fue elegido el primer Parlamento nacional albanés. Grecia,
y sobre todo Italia, no renunciaban a sus pretensiones; de nuevo los
albaneses se rebelaron para exigir el reconocimiento de sus fronteras.
Codiciada, peón en el tablero de las potencias, sólo unidos y en armas,
dispondrían los albaneses del derecho a ser independientes. Cuando la Unión
Soviética denunció la «diplomacia secreta» de la que la joven Albania era uno de
los instrumentos, el eco de la Revolución Bolchevique fue escuchado en las
montañas albanesas.
En 1924, encabezada por la intelectualidad,
la burguesía del Sur del país y los emigrantes de retorno a Albania, estalló la
revolución democrática burguesa para derribar el gobierno de los grandes
terratenientes, de los feudales y de los representantes del gran clero que
conservaban las leyes otomanas y se negaban a la reforma agraria. El joven Enver
se unió al movimiento. Con la revolución victoriosa, Fan Noli fue elegido jefe
del Gobierno, pero seis meses después es derribado por las fuerzas
reaccionarias: Ahmed Zogu, financiado por el extranjero (la Anglo-Persa Oil
Company y la Standard Oil), con el apoyo concretamente de Yugoslavia y de Grecia
y un ejército de mercenarios, se hizo con el poder. Se hace proclamar Presidente
de la República y luego rey de Albania. Los albaneses caen bajo la dictadura
zoguista.
En esos fatídicos años, Enver Hoxha deja
Jirokastra, su ciudad natal, para estudiar en la única escuela secundaria
que había en Albania, el liceo francés de Korcha, tenía entonces 19 años. En el
liceo descubre la literatura progresista y comunista, prohibida, que forman sus
convicciones y compromisos. Otro elemento interviene en su toma de conciencia
política: en los años 20 en Turquía la revolución kemalista se hace con el poder
que estaba en manos de los señores feudales y los imanes, modifica las
relaciones sociales, da el derecho de voto a las mujeres, establece el laicismo
del Estado. Que en el antiguo imperio otomano, el cual durante siglos mantuvo a Albania en
el oscurantismo, fuera posible romper con el feudalismo, impresiona al joven
Enver.
El movimiento popular contra la dictadura
zoguista es duramente reprimido. Enver Hoxha, que participa en las
manifestaciones estudiantiles, es detenido y encarcelado. En 1930 marcha a
Francia para continuar sus estudios. Allí entra en contacto con comunistas
albaneses exilados y con «L’Humanité» en cuyas páginas publica artículos de
denuncia de «el régimen del patíbulo y las balas» del rey Zog. Le suprimen la
beca y tiene que irse a Bruselas donde trabaja en el consulado de Albania, lo
que le permite continuar sus estudios, empero, en 1936, despedido por sus
actividades políticas vuelve a Albania. Allí enseña en una escuela de Tirana y
luego en el instituto de Korcha, del que había sido alumno.
Enver Hoxha milita en el Grupo comunista de
Korcha. El movimiento comunista albanés adolece de divisiones ideológicas y
dispersión en diversos grupos locales. El primer objetivo a alcanzar es el de
unirse para constituir el partido. Enver asume la responsabilidad de esa difícil
y compleja tarea, cuando Italia en 1939 invade Albania sin que hubiese la menor
protesta internacional. La lucha entonces cambia de naturaleza, el combate por
la emancipación social y contra la dictadura foguista, desde ese momento
se conjuga con la lucha de liberación nacional y con la necesidad de unificar a
los comunistas en un solo partido, tarea de verdadera urgencia.
Enver Hoxha es despedido de su puesto de
profesor por sus actividades contra el ocupante italiano, y el grupo de
Korcha lo envía a Tirana para organizar la lucha antifascista y unificar a los
comunistas. Para encubrir sus actividades políticas abre una floristería.
Enver no sólo refuerza la
organización comunista en la capital, sino que logra establecer lazos militantes
con los patriotas que desde el primer día de la ocupación fascista habían
iniciado la lucha armada contra el ocupante en la región de Peza, próxima a
Tirana.
Identificado como uno de los organizadores
de una multitudinaria manifestación en Tirana, fue condenado a muerte por
contumacia y tuvo que pasar a la clandestinidad.
Para luchar contra la represión fascista, en
noviembre de 1941, en una casa de encalados muros de Tirana, se constituyó el
Partido Comunista albanés. Enver Hoxha es nombrado responsable del Comité
Central provisional. Desde entonces desempeñó un papel determinante al frente
del Partido y, luego, del Estado albanés.
¿Por qué recordamos esos años de infancia,
de juventud, de adolescencia, y los primeros compromisos políticos de Enver
Hoxha? Porque, como él mismo escribió, «la juventud es el período en que se
forma el carácter y se traza el camino que seguiremos en la vida.» Los años en
los que Enver Hoxha despertó a la conciencia política determinaron su lí- nea
política, tanto sobre la necesidad de combatir a la reacción para arrancar
al país del feudalismo y la miseria, del analfabetismo y el oscurantismo, como
para lograr que los albaneses se basaran en sus propias fuerzas para asegurar la
independencia del país e impedir los designios de los enemigos del exterior.
Basándose en los principios ideológicos del marxismo–leninismo se refería
constantemente a las enseñanzas y lecciones de la historia de su pueblo y a la
necesidad de no olvidar los acontecimientos que forjaron su compromiso
comunista.
Basarse en las propias fuerzas para asegurar
la independencia del país y conjurar las amenazas exteriores
"Nuestro partido ha considerado siempre como
una de sus esenciales tareas permanente, la defensa de la patria, de la libertad
y la independencia nacionales."
Con esta firme conciencia, Enver Hoxha
dirigió una lucha victoriosa contra el ocupante nazifascista y sus colaboradores
albaneses. Organizador del Partido Comunista, que contaba con 200 miembros en su
fundación, logró unir a las fuerzas patrióticas en la lucha armada de liberación
nacional. Desde 1942 se suceden las operaciones guerrilleras. La insurrección y
el poder popular se organizaron en Consejos de Liberación Nacional; se liberan
territorios y en 1943 se constituye el Ejército de Liberación Nacional, el cual
derrotó la gran ofensiva de las tropas nazis en el invierno de 1943-44. En
la primavera, desde las zonas liberadas se lanzó un ataque general contra los
ocupantes. El 29 de noviembre de 1944, Albania era liberada.
Bajo la dirección de E. Hoxha, los albaneses
no sólo se liberaron del nazifascismo basándose en sus propias fuerzas, sin
ayuda alguna de las fuerzas aliadas, además Enver se opuso intransigentemente a
cualquier ingerencia anglo–estadounidense en la dirección de la lucha
de liberación.
Rechazó el ultimátum del general Wilson que
le conminaba a no llevar a cabo operaciones militares contra los
colaboracionistas. Y cuando los ingleses desembarcaron en Saranda «para ayudar a
la liberación del país», Enver dio la orden a sus guerrilleros de abrir el fuego
si las tropas inglesas no reembarcaban.
Después de la liberación de Albania, los
«aliados» anglo–estadounidenses se negaron a reconocer el nuevo Poder y apoyaron
a los reaccionarios del interior. Las elecciones a la Asamblea Constituyente
dieron una amplia mayoría a los comunistas y a los patriotas. Al fracasar
sus intentonas por derribar al nuevo régimen, Gran Bretaña y Estados Unidos
retiraron sus delegaciones de Albania. En 1946,la situación es de extrema
tensión en la frontera con Grecia, debido a la guerra civil que enfrentaba a
las fuerzas progresistas con las monárquicas, unos buques ingleses chocaron a lo
largo de las costas albanesas con minas de la II Guerra Mundial. El incidente
quiso ser utilizado como pretexto para una intervención armada, empero, una vez
más Enver Hoxha se negó a ceder ante las presiones y chantajes de los
imperialistas.
Mas otros planes amenazaban la independencia
de Albania. No hay situación más difícil que la de descubrir que aquel junto al
que has luchado, la Yugoslavia de Tito, tenía también sus planes anexionistas.
Durante la lucha de liberación, E. Hoxha, para evitar la división del
frente antifascista, se opuso a las posturas chovinistas de la reacción albanesa
sobre Kosovo y defendió el principio del respeto a las fronteras internacionales
fijadas en 1912. La posición de Hoxha era la de que el problema de Kosovo debía
ser discutido y solucionado entre estados socialistas después de la victoria
sobre el nazismo. Tito no pensaba lo mismo. Su objetivo, en el marco de su
proyecto de Federación Balcánica, era que Albania fuese la séptima provincia
yugoslava. Para llevar a cabo su plan, impulsó una fracción en la dirección del
partido comunista albanés. Terminaba la guerra, Albania se encontraba en una
situación económica harto difícil y el nuevo Poder se encontraba en fase de
consolidación. Esa ingerencia en los asuntos albaneses creo una atmósfera de
graves suspicacias en todo el país. En el seno del Movimiento Comunista, el
joven partido comunista albanés osó enfrentarse a Tito, dirigente de uno de
los partidos más prestigioso e influyente del Kominform. Este hecho demuestra
el gran valor y determinación de Enver, sobre todo si se tiene en cuenta que el
Partido Comunista de Albania, era el único Partido en el Poder que aún no había
sido reconocido como miembro del Kominform (en lo que Tito tuvo mucho que
ver). La Denuncia que llevó a cabo Stalin contra Tito, en 1948, permitió que la
línea de independencia nacional de Enver Hoxha se impusiese.
Un nuevo problema surge en 1949, cuando las
tropas monárquicas griegas atacaron Albania con el apoyo de aviones y
artillería. El ejército albanés rechazó el ataque, pero continuaron las
intentonas para derrocar el régimen socialista; fueron enviados a Albania grupos
reaccionarios que fueron eliminados. Un senador estadounidense declaró, «la
guerra de nervios contra Albania puede darse por perdida». Sin embargo el
bloqueo y la presión ideológica continuaron.
En los años sesenta, Enver Hoxha se enfrentó
a la línea revisionista de Kruschov, en defensa del marxismo-leninismo. Una vez
más se trataba de salvaguardar la independencia del país, tan duramente
conquistada. Kruschov pretendía transformar Albania en un paraíso turístico y se
oponía a la política de desarrollo industrial y energético de Albania, sin cuyo
desarrollo era imposible una verdadera independencia.
En la Conferencia de los partidos comunistas
celebrada en Moscú en 1961, el partido albanés fue el único que se
opuso abiertamente al PCUS, lo que le costó ser objeto de sarcasmos y presiones
económicas.
Para hacer frente a las malas
cosechas registradas, debido a razones atmosféricas, Albania necesitaba importar
trigo. Kruschov hizo saber a los albaneses que si su Partido cedía, la URSS
cubriría sus necesidades de trigo, y precisó con su particular «espíritu
internacionalista», que esas necesidades «se podían cubrir con el trigo que las
ratas se comían cada año en la URSS». Enver Hoxha respondió, «preferimos comer
raíces antes que vender nuestra independencia y nuestros principios.»
La actitud de Enver Hoxha en la Conferencia
de Moscú era de especial importancia, pues aunque conocía las divergencias entre
el partido chino y el PCUS, ignoraba si Mao Tsetung y el PC chino estaban de
acuerdo con su denuncia radical del revisionismo.
Enfrentarse a la política del PCUS era un
acto grave y doloroso, pues podría romper lazos de profunda fraternidad con el
pueblo soviético. Jamás Enver, en su condena de Kruschov identificó a la
dirección revisionista con el pueblo soviético tan apreciado por él y por el
pueblo albanés.
La profundización de las divergencias entre
marxismo–leninismo y revisionismo unió en un mismo frente al partido chino y el
albanés. En todos los continentes se organizaron partidos que rechazaban la vía
revisionista. El Partido albanés, según las orientaciones de Enver
Hoxha, desempeñó con arreglo a sus posibilidades, un papel internacionalista muy
activo e importante, para ayudar, aconsejar y estructurar el movimiento
marxista-leninista.
Mas de nuevo, en 1978, se produjo una nueva
ruptura. China inició el camino de los compromisos con el imperialismo
estadounidense. Albania, fortalecida pero aún pobre, debía someterse y
doblegarse ante la política de las grandes potencias? ¿Tenía que renegar de sus
principios? ¿Debería olvidar tantos sacrificios asumidos desde la ocupación
italiana en 1912?
Enver sabía que la situación era
difícil, pero no olvidaba las enseñanzas de la historia. Denunció la alianza con
el imperialismo y el reparto del mundo entre las grandes potencias que decidían
el destino de los pueblos. Consciente de que Albania podía ser aislada en los
Balcanes, en Europa y en el mundo, que China llevaría las divergencias políticas
a las relaciones económicas; que Albania sufriría un bloqueo económico
incrementado, sin embargo Enver se negó, una vez más, a chalanear con la
independencia de Albania.
Albania no podía cambiar el curso de la
historia, empero es de Enver el mérito de haber alertado contra las corrientes
revisionistas, contra las políticas imperialistas y neocoloniales. Para oponerse
a las pretensiones externas, Enver trató de hacer de Albania una fortaleza, el
pueblo asumió los sacrificios necesarios para mantener la independencia de la
pequeña Albania en las orillas del Adriático, pero no podía ella sola ser el
dique contra la ofensiva general del capitalismo para establecer un nuevo orden
social, neoliberal, en el que hoy vivimos y al que nos enfrentamos. Hoy, en el
despacho del ministro de defensa de Albania, están juntas las banderas albanesa
y estadounidense. Ese solo hecho demuestra claramente lo que diferencia a Enver
Hoxha de los lacayos del extranjero actualmente en el poder.
Combatir a la reacción para liberar al país
del feudalismo y al pueblo de la miseria, el analfabetismo y el
oscurantismo
"La lucha de clases llevada a cabo en todos
los terrenos, es actualmente una lucha ideológica sobre todo, una lucha por
ganar el espíritu y el corazón de las masas, una lucha contra la degeneración
burguesa y revisionista, contra todos los residuos y manifestaciones extrañas a
nuestra ideología."
En 1945, arrasada por la guerra, Albania no
tenía más que unas pocas fábricas; las carreteras destruidas, no había ni un
metro de vías ferroviarias; alguna central eléctrica; los campesinos trabajaban
la tierra con arados de madera; el 80% de la población era analfabeta; el
porcentaje de jóvenes que iban a la escuela no llegaba a uno de cada cinco; el
oscurantismo religioso obstaculizaba la transformación de la sociedad y la
emancipación de la mujer; en el Norte del país, en la dote de la novia entregada
a su esposo se incluía una bala que significaba su derecho de vida y muerte
sobre su esposa; la venganza destrozaba familias…y con todo ello había que
asegurar el pan. Esa era la situación que debía afrontar la dictadura del
proletariado que reemplazó a las dictaduras zoguista, fascista y nazi. A partir
de esta cruda realidad económica y del nivel de desarrollo de la sociedad, Enver
Hoxha y los comunistas albaneses se movilizaron para llevar a cabo la revolución
social, una tarea harto difícil, más dura y compleja aún, que la liberación del
país.
La primera decisión revolucionaria tomada
por la República Popular de Albania fue la de llevar a cabo la reforma agraria,
por la que el pueblo había luchado durante décadas. Eran muy numerosos los
campesinos sin tierra. Las propiedades de las siete grandes familias
latifundistas, las de las instituciones religiosas y todas aquellas de más de
cuarenta hectáreas son entregadas a más de 70.000 familias campesinas. En 1946,
se constituyó la primera cooperativa agrícola. En la industria las fábricas más
importantes y las de los extranjeros fueron nacionalizadas; se procedió a la
concentración de las pequeñas empresas y el comercio exterior y el mayorista
pasaron a estar bajo el control del Estado. El poder popular instituye la
jornada de ocho horas. En 1947, el sector de los pequeños productores era el 80%
de la economía nacional, el sector socialista el 15% y el sector privado
el 5%.
En 1951 se elaboró el Primer
Plan Quinquenal, sirviendo de ejemplo el modelo soviético, pero aplicado a las
condiciones del país, lo que exigía personas competentes en todos los aspectos
de la vida social y económica para poder regular las condiciones creadas por la
revolución proletaria, condiciones desigualmente desarrolladas, en el país más
atrasado de Europa. La realidad socio-económica del país llevó al Partido en su
I Congreso después de haber hecho fracasar las ambiciones de Tito, a tomar
el nombre de Partido del Trabajo (los seguidores de Tito trataron de impedir ese
congreso, para facilitar la anexión).
Dirigente, educador y pedagogo, Enver Hoxha
se esforzó siempre por elevar el nivel ideológico y cultural del pueblo. La
emancipación de la mujer, auténtica revolución en un país feudal, es un
fundamento del socialismo. Enver criticaba a los hombres que son comunistas en
su trabajo y en todas partes, menos en sus casas, tanto sobre las tareas domésticas como
sobre la educación de los hijos. Para acabar con los matrimonios impuestos a las
chicas por sus padres, acordados desde la edad de 10 años e incluso antes, con
hombres 15 o 20 años mayores que ellas, el partido favorecía que se marchasen de
sus casas con el joven que ellas escogieran libremente. Había padres que se
sentían deshonrados al no ser respetada la palabra que habían dado, pero las
mujeres que habían pasado por esas condiciones apoyaban firmemente a sus
hijas. Fue necesario, también, luchar para que las chicas fuesen a la escuela,
pues según la tradición, una vez casadas pertenecían a la familia del marido,
mientras que los hijos se quedaban en la casa de sus padres.
Otro frente era el de la educación comunista
de la juventud, para la que se utilizaron los talleres de construcción de
raí- les, en los que miles de jóvenes trabajan por períodos para desarrollar la
economía del país, cierto es, pero sobre todo, ello les permite a los jóvenes de
cooperativas agrícolas reunirse con los jóvenes estudiantes, con las chicas que
llegaban de las montañas, hablar con los jóvenes obreros de las fábricas, es
decir, era un medio más para conocer aspectos distintos de sus vidas. Con ello
se combatían también los prejuicios religiosos y las costumbres retrógradas, se
habría horizontes desconocidos que rompían la estrechez del marco de la familia,
de la aldea, de la región.
En ese país en el que sólo había una escuela
secundaria, se podía ya acceder a la enseñanza universitaria.
En 1978, la UNESCO declaró que Albania poseía
el porcentaje de estudiantes mayor de Europa, proporcionalmente a su población.
La enseñanza era totalmente gratuita. Lo mismo se consiguió en la sanidad; la
malaria fue completamente erradicada; se formaron médicos, especialistas; los
hospitales no eran clínicas de lujo, pero al igual que en la enseñanza, todo era
gratuito. Aun siendo todavía difícil la situación económica, el sistema
socialista demostró cómo se pueden atender los intereses vitales culturales y de
la salud para el pueblo.
El desarrollo económico del país, es vital
para transformar la sociedad; un objetivo esencial fue el de la
electrificación, para lo que se necesitó construir importantes pantanos,
centrales y facilitar el acceso a la red eléctrica a toda la población. Al
principio de los años 70 había países europeos más desarrollados, pero
sin electrificar totalmente. En Albania la electrificación se llevó hasta las
aldeas más recónditas, transformando la vida de la gente. Albania incluso se
convirtió en país exportador de energía eléctrica.
La lucha ideológica es una
cuestión principal, y para Enver Hoxha una constante preocupación. La educación
comunista se llevó a cabo en todos los aspectos de la vida. Enver lanzó la
lucha contra el burocratismo, esa gangrena que ineluctablemente se infiltra en
el partido y el Estado, si no se revoluciona constantemente la sociedad, ya sea
mediante el control obrero, largo proceso que debe permitir a cada cual tener la
competencia de controlar todos los niveles de la producción y del funcionamiento
de las instituciones estatales, o mediante la participación de los
cuadros de las empresas en tareas directas de la producción para mejor conocer
las condiciones de trabajo de los obreros y percibir mejor posibles
innovaciones.
Para Enver Hoxha el conjunto de las luchas
llevadas a cabo en el frente ideológico debía tener el objetivo de «aprender a
conocer a fondo la psicología del pueblo y de los hombres», pues, como él mismo
repetía, «son los hombres y las mujeres quienes hacen las revoluciones,
pero también son hombres y mujeres los que hacen las contrarrevoluciones.»
Un hombre, un comunista forjado por su
tiempo
Enver Hoxha dirigió el partido albanés y
Albania en una fase histórica determinada, la de la «guerra civil
internacional», en la que, desde 1917, una confrontación ideológica irreductible
opone el campo capitalista al campo socialista. Comprometido en ese gran
conflicto del siglo XX, Enver Hoxha jamás estableció compromiso alguno ni con el
imperialismo ni con el revisionismo.
Quien no ha conocido la ocupación,
el colonialismo, el fascismo, no puede saber lo que representa para un pueblo
ser libre e independiente; Enver Hoxha dio a su pueblo ese orgullo. Quien no ha
conocido el feudalismo, la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo, no puede
saber el estado de opresión a que son sometidos los hombres y las mujeres. Enver
logró que los albaneses salieran del medievo y conociesen el progreso.
Ya antes de su desaparición,
efectos conjugados de la ofensiva del capitalismo por imponer el nuevo orden
internacional neoliberal, y la degeneración revisionista, modificó
profundamente el curso de la historia mundial. Albania socialista, sometida a un
bloqueo económico, aislada políticamente, sufrió la ley de la nueva relación de
fuerzas. La implosión de la Unión Soviética, la nueva línea de China, la
victoria, provisional pero general, del capitalismo y del imperialismo en
los años 90, fueron de una presión ideológica tal y una asfixia económica que el
poder socialista no pudo resistir.
En Albania se hicieron con el
poder arrivistas, corruptos y la mafia. Hoy es un país desacreditado que vive
tutelado por los Estados Unidos y las subvenciones de Europa y en la que muchos
albaneses (¡dolorosa constatación!) se avergüenzan del país del que habían
estado orgullosos.
Las etapas históricas cubiertas por Albania,
de un país sometido y ocupado a un Estado libre e independiente; las grandes
transformaciones de una sociedad que pasa del feudalismo a una sociedad más
avanzada; la extraordinaria evolución del pensamiento en las
generaciones nacidas bajo la dictadura foguista, al creado en el socialismo, es
la obra de Enver Hoxha. Empero, debemos sacar las lecciones de la historia, de
la derrota política del socialismo en los años 90. No podemos dejar de
plantearnos interrogantes sobre la licuefacción ideológica registrada en Albania
actualmente.
A todo revolucionario se le
plantean problemas que no puede resolver, es ley de vida. La nueva capacidad de
iniciativa exigida, las nuevas fuerzas creadoras necesarias para tener plena
conciencia de las transformaciones de la sociedad, de las condiciones de vida,
de la elevación del nivel cultural, por los logros del socialismo y de las
enseñanzas del marxismo, son cuestiones harto delicadas y difíciles de resolver.
Más debemos responder a esos interrogantes para estar en condiciones de
interpretar la disolución ideológica de Albania socialista. Nuestra tarea es
comprenderlo como hizo Enver Hoxha, esto es, resolver como comunista, como
marxista–leninista, los problemas que se le plantearon en su tiempo.
Nosotros como comunistas, como marxista–leninistas, debemos estar en condiciones
de resolver los problemas planteados en la actual fase histórica.
Tomado de http://pcmlv.blogspot.com.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario