viernes, mayo 03, 2013

Jorge Dimitrov - Stalin y el proletariado internacional (4/5)


Los obreros avanzados de los países capitalistas han aprendido y continúan aprendiendo del camarada Stalin COMO HAY QUE LUCHAR DE UN MODO BOLCHEVIQUE CONTRA LA INFLUENCIA DE LA BURGUESÍA Y DE SUS AGENTES EN LAS FILAS DE LA CLASE OBRERA. Descubrir a tiempo a los portadores de esta influencia, descubrir las vías de su penetración, quitar la careta a los que se cubren con la capa de "amigos" del proletariado, desenmascarándolos implacablemente y paralizando las consecuencias funestas de sus actividades disolventes; en esto es en lo que está vitalmente interesada la clase obrera.
La historia del movimiento obrero de todos los países testimonia que la burguesía, paralelamente a la aplicación de la violencia abierta, aprovecha con abundancia los métodos llamados a descomponer las filas del movimiento obrero des-de su interior. Domestica, soborna y pervierte por los medios más variados a los militantes del movimiento obrero que se dejan captar por la lisonja, por la popularidad barata, por toda clase de dádivas materiales; los admite en sus antesalas, los sienta a su mesa, excita su vanidad, los mima y elogia por cada ignominia que cometen. Alimenta a la aristocracia obrera, criada a expensas de las superganancias obtenidas en las colonias. Simultáneamente, la burguesía envía, por medio de sus órganos del Estado, espías y provocadores a los que procura destacar a los puestos de dirección, encargándoles de la tarea de desorganizar sistemáticamente el movimiento obrero y mantenerlo siempre dividido e impotente. Además, la clase obrera, como se sabe, no está separada por murallas de las demás capas de la población y en sus filas ingresan constantemente gente salida de las capas de la pequeña burguesía.
A consecuencia de todo ello, en el movimiento obrero penetra la influencia no proletaria. Esto encuentra su expresión en la ideología y en la política de las organizaciones y partidos que actúan entre la clase obrera. Sin luchar contra la influencia burguesa y los agentes de la burguesía en el movimiento obrero, es imposible defender las reivindicaciones cotidianas y los intereses del proletariado, ni lograr los objetivos finales de su movimiento.
La vía principal de penetración de la influencia burguesa entre la clase obrera de los países capitalistas ha sido y sigue siendo el SOCIALDEMOCRATISMO.
El socialdemocratismo, en el terreno teórico, es el envilecimiento, la tergiversación del marxismo o su negación franca y cínica, el abandono del marxismo y el paso a las posiciones ideológicas de la burguesía. El socialdemocratismo, en el terreno de la práctica, es la política de conciliación de las contradicciones de clase entre la burguesía y el proletariado, la política de colaboración de clases y de subordinación de los intereses del proletariado a los de la burguesía. El socialdemocratismo es la negación de la necesidad de un Partido proletario fuerte y aglutinado, capaz de llevar a la clase obrera a la lucha decisiva contra el capitalismo. El socialdemocratismo es la dispersión en las filas de las organizaciones proletarias, es la escisión del movimiento obrero. El socialdemocratismo es la negación del internacionalismo proletario, la careta para encubrir el chovinismo burgués en las filas de la clase obrera. El socialdemocratismo es el arma infame y venenosa del imperialismo en sus campañas de calumnias con-tra el País del Socialismo.
Con ayuda del socialdemocratismo, la burguesía trata de desarmar ideológicamente a la clase obrera, de socavar su fe en las fuerzas propias, de envenenar su espíritu con dudas y desconfianza, de paralizar su voluntad, de desorganizar sus filas, oponiendo unos destacamentos obreros contra oíros, pro-curando de este modo, a fin de conservar su dominación de clase, mantener a la clase obrera bajo su dominio ideológico y político.
Toda la experiencia del movimiento obrero internacional ilustra con claridad meridiana este papel funesto del socialdemocratismo. En el actual momento histórico, el socialdemocratismo y sus agentes constituyen el arma que, en manos de la burguesía, le sirve para desviar a la clase obrera del camino revolucionario, para poner sus organizaciones al servicio de la criminal guerra imperialista y de la cruzada contra-revolucionaria contra el gran País del Socialismo.
Mientras la Unión Soviética trata de lograr que cese la criminal matanza imperialista; mientras los proletarios avanzados luchan contra ella, levantando en lo alto la bandera del internacionalismo proletario, los apóstoles del socialdemocratismo, los líderes de la II Internacional, todos estos Blum, Citrin,  Tanner y Sandler, son los incendiarios más furibundos de la guerra y los más rabiosos promotores de la campaña anticomunista y antisoviética. Juntamente con su burguesía imperialista, en compañía de los guardias blancos finlandeses y del sangriento verdugo Mannerheim, luchan contra el pueblo finlandés, contra su República democrática y contrala Unión Soviética. En cuerpo y alma al servicio de sus amos imperialistas, desencadenan toda su furia contra el comunismo, insistiendo en la prohibición de los Partidos Comunistas y de la prensa comunista, organizando asaltos de la policía y exigiendo recluir en las cárceles y en los campos de concentración a los militantes comunistas. No hay crimen ni bajeza que los cabecillas de la socialdemocracia, podridos hasta la médula de los huesos, no cometan contra el movimiento revolucionario, contra el País del Socialismo.
El socialdemocratismo, que ha comenzado con la revisión del marxismo y ha llegado a su completa negación; que, durante decenios, ha servido de instrumento de desmoralización y desorganización del movimiento obrero, SE HA TRANSFORMADO AHORA EN INSTRUMENTO DE REPRESIÓN DE LA CLASE OBRERA, EN ARMA DE LA REACCIÓN, DE LA GUERRA IMPERIALISTA Y DE LA CRUZADA CONTRARREVOLUCIONARIA CONTRA EL PAÍS DEL SOCIALISMO.
El proletariado internacional debe al camarada Stalin el haber luchado durante decenas de años de un modo intransigente contra el socialdemocratismo, el haber descubierto sus raíces sociales, las causas de su influencia, el haber señalado el camino y los medios para superarlo y extirparlo. En el décimo aniversario de la Revolución de Octubre, el camarada Stalin escribió:
"El socialdemocratismo de nuestros días constituye el APOYO IDEOLÓGICO del capitalismo... ES IMPOSIBLE ACABAR CON EL CAPITALISMO, SIN ACABAR CON EL SOCIALDEMOCRA- TISMO EN EL MOVIMIENTO OBRERO."
La exactitud de esta profunda conclusión hecha por el camarada Stalin es confirmada por toda la experiencia del movimiento obrero de los países capitalistas. Esta conclusión es también comprendida actualmente por los obreros socialdemócratas, entre los que va creciendo la indignación contra la política traidora de sus líderes.
La lucha por liberar de la influencia perversa del socialdemocratismo a los obreros engañados, la lucha por atraerlos a la acción común con los obreros comunistas, la lucha por extirpar definitivamente de las filas de la clase obrera el socialdemocratismo, constituye una de las tareas más importantes de los Partidos Comunistas. Y el arte de poder cumplir con éxito esta tarea lo aprenden y lo seguirán aprendiendo del camarada Stalin.