viernes, abril 27, 2012

Mayakovski: el poeta de la revolución

Vladímir Vladímirovich Mayakovski fue un poeta y dramaturgo revolucionario ruso y una de las figuras más relevantes de la poesía rusa de comienzos del siglo XX. Nació en el pueblo de Bagdad, en Georgia, en 1893 y murió el 14 de abril de 1930.
Proveniente de una familia campesina y pobre, la relación que mantuvo con los campesinos, el conocimiento de sus problemas y de las injusticias que tenían que soportar, desarrolló un desgarrado amor por el pueblo, que llegó a convertirse en la nota dominante de la sinfonía multicolor de sus composiciones literarias.

En 1906 muere su padre y la señora Maiakovski, tras vender los pocos y modestísimos bienes que poseían, emprende viaje a Moscú con sus tres hijos. Para aumentar los ingresos familiares, Vladimir se inicia en la pintura decorativa, concretamente huevos de Pascua de madera. Sigue estudiando, a pesar de todo y sus lecturas paralelas lo consolidan políticamente. Señaló que «ninguna obra de arte me apasionó tanto como el Prefacio de Marx y los escritos de Hegel».
Su actividad política se inicia durante el zarismo; en 1908 se adhiere al Partido socialdemócrata (bolchevique). Poco después es elegido miembro del comité juvenil moscovita. A los 13 años lo detienen por primera vez acusado de formar parte de la imprenta clandestina del Partido y de redactar octavillas. Sale en libertad, aunque no lo estará por mucho tiempo, ya que fue arrestado por apoyar la evasión de unas mujeres detenidas en la prisión de Novinsk, y por lo que pasó once meses en la cárcel de Beutirki (que sin duda tienen relación con el paródico poema de la Cárcel de Reading que escribirá años después).
Desde la época de la posguerra se identificó plenamente con los planteamientos leninistas y al producirse la revolución de octubre de 1917, Vladimir exalta y anima los anhelos de la liberación social y nacional del proletariado. Plantea la formación de una estética revolucionaria y señala que “¡Acabad de una vez!/ ¡Olvidad!, haced a un lado/ rimas y romanzas, rosaledas/ y tantas otras melancolías...../Hoy necesitamos maestros, no predicadores melenudos... /Camaradas, haced un arte/ que saque del fuego a la República”.
En el período de los años veinte Mayakovski se ocupó decididamente a hacer campaña internacional por la Revolución, cruzando Europa entera e interviniendo en cónclaves y coloquios. En 1922 viajó a Riga, Berlín y París, en 1925 visitó los EE.UU. y México. Durante esta época, crea elementos prácticos de propaganda, tales como carteles, afiches y argumentos para películas y recita sus poemas en la Rusia bolchevique.
Editó poesías, escribió obras de teatro, guiones cinematográficos, canciones para el Ejército Rojo y para las instituciones del Estado obrero y en 1923 funda, con otros colegas, la revista Lef (Frente Izquierdista del Arte), que dirigirá hasta 1925. Su propuesta estética estaba impregnada de la ética revolucionaria y los problemas sociales que tienen que cumplir los trabajadores, razón por la cual se ganó el nombre de poeta de la revolución.

domingo, abril 15, 2012

El Estado y la Revolución socialista ante el reformismo

Por Alejandro Rios

Para los marxistas leninistas tener claridad sobre el problema del Estado en muy importante. En la lucha política e ideológica que el proletariado desarrolla a diario contra la burguesía, este tema implica candentes discusiones en el seno de las organizaciones revolucionarias.

Lenin en su libro el Estado y la Revolución, destaca la importancia de que los revolucionarias tengan claridad política sobre este tema para así, poder orientar al proletariado y agregaríamos a los sectores populares en general en la lucha política revolucionaria.

En el plano ideológico, la discusión que se plantea sobre el tema del Estado, impone la ardua tarea para los marxistas leninista de ponerse a la cabeza de esta confrontación que se desarrolla contra los reformistas y contra los revisionistas de toda calaña. Reformistas y revisionistas, han ubicado todos sus esfuerzos en desorientar al proletariado, para lograr esto, tergiversan de manera permanente los principios revolucionarios, realizan incorrectas interpretaciones de los postulados revolucionarios, desviando al proletariado de sus intereses, despojando de la fuerza revolucionaria los planteamientos marxistas leninistas y adaptándolos a los intereses de la clase dominante.
Los reformistas intentan con estas acciones avanzar en su guerra contra los principios del socialismo científico, para los reformitas, la revolución proletaria es algo que debe ser cambiado por el “sensato” planteamiento de la revolución pacífica. Para ellos, los planteamientos que reivindican la revolución a través de la violencia revolucionaria es algo que pertenece al pasado, los reformistas pregonan que las revoluciones deben ”adaptarse a los nuevos tiempos” , acusan a quienes levantamos de manera consecuente las banderas del marxismo leninismo, y reivindicamos los postulados del socialismo científico (entre ellos el de la dictadura del proletariado) como “dogmáticos”, todo esto para tratar de justificar sus posiciones conciliadoras y oportunistas.

Si comprendemos el desarrollo de la lucha revolucionaria, como ésta se manifiesta en lo ideológico y la necesidad de llevarla hasta sus últimas consecuencias, entonces entenderemos también la necesidad de que temas tan importantes, entre ellos el del Estado, queden totalmente claras en el seno del proletariado revolucionario.

Al revisar algunas concepciones sobre el Estado, podemos contrastar las diferencias existentes entre los planteamientos burgueses y los del proletariado. Cada clase social tiene sus intereses distintos por los cuales lucha. Para los marxistas leninistas, el Estado es un órgano que sirve a una determinada clase para imponer su dominio sobre otra; para los socialdemócratas, el Estado es un ente regulador y organizador de las relaciones que realizan las personas en una determinada sociedad, esconde esta concepción las contradicciones de clase y la lucha irreconciliable que existe entre las mismas. En el caso de la actual sociedad capitalista, esta se apoya en el Estado burgués, esto se traduce en que las instituciones educativas, jurídicas, entre otras coordinen sus funciones y acciones a favor de mantener a la burguesía en el poder, para favorecerla en lo económico y político, para que goce de grandes privilegios; como contraparte tenemos a una mayoría sometida a miseria y explotación, a la enfermedad y la muerte para mantener estos privilegios.

En el Estado y La Revolución, Lenin dice algo que está muy vigente a pesar de haber transcurrido décadas de haberse publicado por primera vez esta obra. Lenin nos ilustra una realidad que se presenta de manera permanente en la realidad política en que vivimos, así escribe Lenin: “ocurre hoy con la doctrina de Marx, lo que ha solido ocurrir en la historia repetidas veces con las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de de las clases oprimidas en su lucha por a liberación. En vida a los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña mas desenfrenada de mentiras y calumnias”. Con estas aseveraciones, Lenin expone de manera magistral lo que décadas después siguen viviendo los revolucionarios como los marxistas leninistas con temas tan candentes e importantes para las organizaciones revolucionarias, como por ejemplo el Estado. En la actualidad muchos de palabras reivindican a Marx, Engels y Lenin, pero en las acciones prácticas contradicen sus postulados, tratan de confundir sus planteamientos adaptándolos a fórmulas que despojan el contenido revolucionario al marxismo.

Hoy en día, muchos hablan de Marx, Engels y Lenin con palabras de reconocimiento, pero en la realidad práctica tergiversan sus propuestas teóricas y hasta tratan de ridiculizarlas exponiéndolas como algo obsoleto, que no se adapta a las necesidades de la realidad actual. Alaban al marxismo de palabras, pero se enfrentan con sus acciones a los planteamientos que éste expone como necesidad para que el proletariado se libere del capitalismo.

Muchas veces hemos oído; por ejemplo, invocar a Marx por personas que en la realidad práctica demuestran su distancia sobre el planteamiento marxista. Por ejemplo en el tema del Estado, hemos oído a muchos pseudos marxistas exponer que es posible la revolución desmontando el estado “poco a poco”, en los mismos, se evidencia la influencia de los elementos oportunistas. Estas posiciones intentan desconocer la necesidad de la revolución proletaria, exponen la posibilidad de la conciliación de clases.

En la batalla que Lenin sostuvo contra algunos embajadores del oportunismo, podemos destacar una por la particularidad que presenta, nos referimos a los enfrentamientos en el plano político e ideológico que tuvo contra Kautsky. Éste, en sus planteamientos alegaba “defender” al menos teóricamente algunos planteamientos del marxismo con respecto al Estado, pero en la práctica hacen todo lo posible por despojarlo de todo elemento esencial, en sus planteamientos, éste renegaba de la revolución proletaria por vía de la violencia revolucionaria, por el contrario, defendía planteamientos que pretendían llevar al proletariado a conciliarse con las propuestas de la burguesía.

Hoy tenemos muchos Kaustky que se presentan como defensores del socialismo, pero en la práctica llaman a no confrontar, piden a los trabajadores y sectores populares en general renunciar a la violencia revolucionaria. Estos factores no comprenden que la burguesía no renunciará de manera pacífica al dominio que ejerce sobre la sociedad, que la explotación y opresión a la que somete a millones de hombres y mujeres no cesará por decretos o por la vía de hacer comprender de “buenas maneras” a los burgueses que todos podemos vivir en paz, querer imponer al proletariado y sectores populares en general tal conciliación es hacerle el juego a la burguesía.

Se habla de la posibilidad de la revolución socialista sin la necesidad de emplear la violencia revolucionaria, se intenta desplazar en el discurso y en la práctica al proletariado como el sujeto histórico de la revolución. Se habla de realizar la revolución con “ciudadanos”, borrando así el elemento de clase, pues como “ciudadanos” burgueses y proletarios pueden alcanzar el mismo estatus, “todos” somos ciudadanos no importa si son explotadores y oprimidos, esta igualdad es propia de la concepción burguesa.

Es necesario dejar en claro que no hacemos apología de la violencia. Muchos, manipulando el planteamiento de los marxistas leninistas, intentarán confundir a las masas diciendo que somos unos violentos sin razón, pero nada más alejado de la realidad, sólo exponemos la realidad que plantea una sociedad dividida en clases. Si intentemos superar la miseria, la explotación y opresión a que es sometida la mayoría en el capitalismo, no hay otra forma que destruyendo al Estado burgués, pueden darse algunas reformas y cambios dentro del marco burgués, pero los mismos no se mantendrán en el tiempo, no significarán la liberación del yugo capitalista.

Mientras el control de la economía, de los medios de producción, (industrias, tierras, materia prima) esté en manos de la burguesía, las mayorías estarán sometidas. Mientras el Estado burgués solo sufra reformas y no sea destruido por la acción revolucionaria del proletariado junto al campesinado pobre, el sometimiento de las mayorías a los intereses de una minoría no dejará de ser una terrible realidad, no es haciendo nuevas leyes que se transforma la sociedad. Solo la revolución socialista que acabe con la propiedad privada sobre los medios de producción, construya el Estado de nuevo tipo, el socialista, desarrolle la economía planificada, y tenga real control obrero sobre la producción significará la superación real del capitalismo.

jueves, abril 12, 2012

La lucha de clases y su vigencia histórica

"La Historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases"... opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada algunas veces y otras franca y abierta; lucha que finalizó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes.
La lucha de clase es una ley de carácter social que no ha sido creada por ser humano alguno sino descubierta por pensadores que junto a grupos humanos de trabajadores, estudiaron hechos y fenómenos de cuya interpretación concluyeron que las masas populares se levantan en contra de sus explotadores y opresores cuando sus intereses, como seres humanos, se ven lesionados como clases sociales explotadas por la ambición creciente de unos pocos que son las clases sociales explotadoras.

Lo anterior quiere decir entonces que no siempre hubo clases sociales y lucha entre ellas. Sino que las clases sociales surgieron cuando un grupo pequeño se apropió del producto del trabajo de grandes grupos que por varios motivos se vieron obligados a trabajar para quienes tenían las tierras, los bosques y los instrumentos con los cuales se creaba riqueza.

Las clases sociales para el marxismo leninismo se definen por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.

A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro.

En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción (capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer la supervivencia.

Los enfrentamientos entre seres humanos, por tanto, han sido innumerables; de tal manera que la historia registra la lucha de clases en el esclavismo, en el feudalismo y actualmente en el capitalismo, que al igual que los anteriores, también es un régimen de explotación del hombre por el hombre. El afán incontenible de sentirse seres humanos, de querer ser tratados como tales por sus semejantes ha sido uno de los elementos fundamentales de la lucha de clases. Los trabajadores en las diferentes épocas de la historia han llegado a comprender que no es posible que otro humano como ellos se aproveche de su trabajo y se enriquezca, sin trabajar; en tanto que ellos como los creadores de riqueza se empobrezcan más y además sean sojuzgados.

Pero así como comprendieron la necesidad de alzarse en contra de sus semejantes porque se enriquecían sin trabajar, en la madurez de su comprensión sobre los fenómenos políticos, sociales e ideológicos llegaron a la conclusión de que era necesario no solamente exigir mejores condiciones de vida, de alimentación, de vestuario y de todos los requerimientos humanos, sino tener en sus manos el Poder del Estado porque desde él, se podía llevar a la práctica las exigencias y requerimientos de los pobres y explotados, los humildes y miserables. La lucha de clases, por lo mismo, es el enfrentamiento en las más diversas formas de organización y de lucha entre dos clases sociales antagónicas por sus intereses estratégicos de largo plazo, por la toma del poder. En el caso de las clases dominantes, por ejemplo, el interés estratégico a largo plazo consiste en perpetuar su dominio, en tanto que el interés estratégico de las clases dominadas es destruir el sistema de dominación. Cuando este enfrentamiento se produce entre ambas clases constituye la lucha de clases.

Marx y Engels afirman en el Manifiesto Comunista: "La Historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases". Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, o sea, en términos marxistas, opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada algunas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes. Las huelgas, manifestaciones callejeras, las tomas de fábricas, de tierras, de instituciones del Estado opresor, y otras, sólo pueden ser consideradas insertas en el contexto de la lucha de clases.

viernes, abril 06, 2012

Número 3 de la Revista PRIMERO DE MAYO

Ya está disponible el tercer número de la revista PRIMERO DE MAYO editada por los camaradas de Extremadura. La revista se puede ver aquí.

EDITORIAL

Tiempos duros los que se avecinan. El capitalismo en crisis se aferra a su barco hundido con desesperación imponiendo para salvarse todo tipo de chantajes y ataques contra los más elementales derechos conquistados por la clase obrera y el pueblo.

La nueva reforma laboral es la enésima vuelta de tuerca _ de tantas y tantas que vendrán si no les combatimos con fuerza _ en esta ofensiva oligárquica contra la mayoría de la sociedad. Despido libre, eliminación de los convenios colectivos con las consiguientes bajadas de salarios, parados asimilados a delincuentes o generalización del gansterismo empresarial son algunas claves de la reforma del “empleo y el cambio”, que se suma a medidas como los recortes en educación o sanidad, la subida del precio de la luz, o la extorsión de los impuestos a las capas populares.

Ante este dramático drama la respuesta en la calle va en aumento, al tiempo que la situación del movimiento comunista se va clarificando, superando los baches puestos por el estado. No es de extrañar que la siguiente tanda de recortes sean en unas libertades ya de por sí muy recortadas… es probable que el próximo paso sea endurecer la represión por desobediencia a la autoridad o limitar todavía más el derecho a huelga.

Con este nuevo número, que viene con algo de retraso, pretendemos contribuir, en la medida de nuestras humildes posibilidades, al debate sobre algunas de las cuestiones más candentes y otras de fondo más teórico, tanto entre los comunistas y revolucionarios, como entre las amplias masas.

Uno de los temas al que más importancia hemos dado en este número es el de la reorganización del partido comunista, clave para trazar un proyecto revolucionario en el estado.

INDICE

-Rajoy: la mayoría absoluta más débil de la democracia.
-Por una huelga general indefinida y revolucionaria.
-Capitalismo es corrupción.
-Movida estudiantil en Valencia.
-Ligar el movimiento estudiantil al movimiento obrero
-El trabajo comunista entre las masas.
-¿Por qué el KKE es un partido revisionista?
-Aprendamos del pueblo griego.
-Nueva sección: Tribuna de la resistencia.
-Teoría: Las aportaciones revolucionarias de Mao Tse-Tung.
-Sección Historia: La revolución de Octubre, Kepa Crespo Galande, ¿Sabías qué…, El origen de la bandera de la república popular.
-Sección Cultura: Poemas combativos, El arte de urgencia, discos de Pablo Hasél y RPG-7.
-Garzón: El juez se estrella.
-Andalucía y Asturias: Abstención histórica.
-Diccionario ideológico.
-Directorio de pres@s polític@s del PCE(r), los GRAPO y el SRI-